28/8/14

Melancolía de la resistencia, de László Krasznahorkai

Y con esta agudeza no sólo veía la afinidad entre propiedad y propietario, sino también el profundo parentesco que existía entre la calma sepulcral de la sala y el frío sin vida del exterior: como un espejo inexorable que siempre muestra lo mismo, el cielo reflejaba con indiferencia la desolada tristeza que manaba de abajo, y los castaños deshojados, envueltos en un gris cada día más sombrío, se inclinaban bajo un viento cortante, poco antes de desarraigarse definitivamente de la tierra; las carreteras estaban abandonadas, las calles, vacías, «como si ya solo quedaran los gatos vagabundos, las ratas y la gentuza dedicada al saqueo», mientras que la llanura desierta que se extendía más allá de la ciudad ponía en entredicho incluso la sobriedad de la mirada… A este gris y a esta tristeza, a este desierto y a este abandono, ¿cómo podía responder la sala de Eszter sino con su propio páramo, con la irradiación corrosiva de la repugnancia, de la desilusión y de la locura empeñada en atar el cuerpo a la cama, con una irradiación que atravesaba la coraza de las formas y colores y destruía toda tela y madera, todo vidrio y metal desde el suelo hasta el techo?

Melancolía de la resistencia (Az ellenállás melankóliája) László Krasznahorkai; Traducción de Adan Kovacsics para Acantilado.









¿Cómo convertir un texto tan rico en imágenes y con una construcción fraseológica endiabladamente compleja, en un filme en el que el silencio es primordial?
Próximamente.


6 comentarios:

miguel guerrero dijo...

libro y película excelentes. bela tarr, punto y aparte

andresrubio68 dijo...

Las imágenes en este caso quizás sean insuficientes; pero hay otras armas como el soporte de una voz en off o la expresión de un personaje ante un lugar, por ejemplo. Desde luego es un reto.
Un saludo.

Juan Carlos dijo...

Hola:

Desde luego sí que es un reto. Estaré al tanto de dicha conversión. Leo en Miguel Guerrero que la película y la obra literaria son excelentes de lo que deduzco que existe ya versión fílmica. ¿Es así?

Como siempre me sucede en tu blog, las reseñas son motivadoras, interesantes y muy profundas en muchas ocasiones. Es por ello por lo que "El lamento de Portnoy" forma parte de mis lecturas habituales. Y es por ello también que cuando me han pedido nombres de blogs literarios que considere merecedores de premio haya dado el tuyo.
Puedes ver dentro de qué contexto he seleccionado tu magnífico blog en este enlace: http://elblogdejcgc.blogspot.com.es/2014/08/premio-dardos.html

Un saludo muy cordial

Vero dijo...

Es que no hay "conversión", ni siquiera versión. Oh, recuerdo esa detallada descomposición del final, la imaginación se retuerce, una imagen no puede interpretarla. Creo que Melancolía de la resistencia y Werckmeister harmoniak deben tomarse como dos grandiosas obras de arte dignas de apreciarse por separado. Hay algunas frases, el argumento general, el esqueleto, sí, y un espíritu (a falta de mejor palabra) en común. Después de todo Krasznahorkai participa en los guiones. Y a propósito: cuándo irá a traducir Kovacsics de una vez Satántángó. Apenas acaba de salir en inglés. Qué desgracia. Saludos, Portnoy

Portnoy dijo...

Gracias por vuestros comentarios que hacen que tenga más ganas aún de ver la película de Tarr.
En breve.
Un saludo y gracias.

Anónimo dijo...

Muy de acuerdo con el comentario de Vero. Son cosas bastante diferentes, mucho más allá de la adaptación de un medio a otro.