La revista Turia ha publicado tres fragmentos descartados por Flaubert de Madame Bovary, encontrados tras el estudio de los manuscritos originales del escritor francés, traducidos y prologados por Mauro Armiño. Son, en realidad, breves textos de pocas páginas cuya eliminación básicamente está destinada a centrar la narración en Emma prescindiendo de elucubraciones digresivas.
Pero, a pesar de su brevedad, me da la sensación de que hay más fuerza narrativa en esos tres fragmentos que en la mayoría de los textos que se publican en la actualidad.
Hay una deriva generalizada hacia la mediocridad, hacia el conformismo, hacia la falta de riesgo.
Y ya sabemos el efecto que causó eso en Emma Bovary:
Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero como la felicidad resultante de este amor no había llegado, debía de haberse equivocado, pensaba, y Emma trataba de saber lo que significaban justamente en la vida las palabras felicidad, pasión, embriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros.(...)Entonces recordó a las heroínas de los libros que había leído y la legión lírica de esas mujeres adúlteras empezó a cantar en su memoria con voces de hermanas que la fascinaban. Ella venía a ser como una parte verdadera de aquellas imaginaciones y realizaba el largo sueño de su juventud, contemplándose en ese tipo de enamorada que tanto había deseado. Además, Emma experimentaba una satisfacción de venganza. ¡Bastante había sufrido! Pero ahora triunfaba, y el amor, tanto tiempo contenido, brotaba todo entero a gozosos borbotones. Lo saboreaba sin remordimiento, sin preocupación, sin turbación alguna.
No podemos comparar nuestro tiempo con ningún otro. Supongo que hoy en día se escribe tan mal como lo hacían los contemporáneos de Flaubert. No Flaubert. Pero la criba del tiempo es inapelable. De hecho no creo que ninguno de nosotros (los que pretendemos escribir) superemos esa criba.
Entonces, ¿de qué estamos tan orgullosos?
Vayamos con Sorrentino.
Obviemos lo que dijo Javier Marías… no, mejor no:
Hoy la crítica está más deslumbrada que nunca por los “ademanes de genialidad”, por quienes entregan espantos pretenciosos y solemnes, “transgresores” en apariencia, imbecilidades grandilocuentes. Y así se premia y ensalza hasta el infinito a gente malasombra y vacua como Haneke, Von Trier, el último Malick o Sorrentino, responsable de esa cataplasma enfática, La grande bellezza, ante la que babean tantos.
Almanya, Javier Marías, El País, 16 feb 2014.
En cierta manera es lógico que Marías sienta cierta aversión hacia la película de Sorrentino. Puede verse, si no física sí psicológicamente, reflejado en el protagonista de la película. No digo que Marías sea un mal escritor ni que no haya escrito novelas destacables, pero creo que en su fuero interno se maldice por no haber escrito la Gran Novela que él cree poder escribir. Lo más cerca que ha estado su nombre cerca de una Obra Maestra es en la traducción del Tristram Shandy de Sterne.
De eso habla La grande bellezza, de la frustración que provoca no alcanzar las grandes metas que nos proponemos. Uno puede responder con un épico mal genio contra toda la sociedad, o, como el protagonista de la película, sumergiéndose en la mediocridad de la dolce vitta. Mientras, a nuestro alrededor, la gran belleza perdura a través de los siglos, en mármol o en papel, provocando nuestra admiración, deslumbrándonos, matándonos, mostrándonos nuestra insignificancia.
Desistamos
Nunca llegaremos a nada.
Los descartes de Flaubert nos lo demuestran.
3 comentarios:
El caso es que no encuentro esta revista en mi ciudad y "online" tampoco parece estar muy a mano. ¿Algún punto de venta en Madrid, adonde iré este finde?
Y en cuanto a los fragmentos, parece ser que Armiño prepara en estos momentos su versión de "Madame Bovary", la cual promete ser definitiva (Armiño es para mi el mejor traductor de este pais). ¿No habrá alguna posibilidad de que esos fragmentos se incluyan en esta edición? Siruela creo que es la casa que va a publicar semejante joya.
Un saludo!!
Vaya meneito le metes a Marías. La verdad es que a mí la grande belleza me desconcerto un poco al principio pero luego acabé subyugado a sus encantos, y también me pasó lo mismo con Malick, siento que a Marías no le pase lo mismo. Aunque también pienso que a lo mejor a sus gustos le haya pasado un poco como a su narrativa pero que son más que correctos pero poco desmelenados.
Un saludo
Hola Javier. No he visto La gran belleza, pero por lo que comentas, me estoy perdiendo una buena película. Coincido contigo (quién no...) en que pocos escritores actuales (y pasados) pueden compararse a grandes como Flaubert. Sin embargo, sí me gusta Marías. Y me gusta en parte por sus disgresiones... Aprovecho para decirte que he escogido tu blog, junto a otros que también disfruto leyendo, para los Premios Dardo. Si a ti también te apetece nominar a otros para divulgar blogs que te gustan, encontrarás información de cómo hacerlo en el mío http://literaturaymas.wordpress.com/. ¡Gracias por compartir tus contenidos y un saludo!
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