Planteemos un esquema: Novela fragmentaria compuesta por capítulos de una Autobiografía; cada fragmento afecta a un personaje y funciona como un relato; cada uno de esos personajes es “autor” de una novela; esas tres novelas, junto a la Autobiografía componen la bibliografía de un autor de culto cuya verdadera personalidad se desconoce; un grupo de investigadores del departamento de Literatura de una Universidad estadounidense intentan descubrir el misterio de la(s) obra(s) y de su(s) autor(es); la investigación se mezcla con los capítulos literarios entresacando de ellos a las verdaderas (reales) personas que inspiraron a los personajes de las novelas.
Este resumen podría corresponder a una novela contemporánea, tiene incluso ecos de Los detectives salvajes y 2666 de Bolaño. Pero corresponde a una novela escrita en 1987 por Gonzalo Torrente Ballester.
No voy a descubrir nada si repito, otra vez, que Torrente Basteller es uno de los autores españoles injustamente olvidados… aunque, tal vez, no sea del todo exacto. Creo que más bien es en la actualidad un autor ninguneado. Creo que ocurre algo parecido con Cela, aunque por motivos diferentes. De Cela, por ejemplo, pesa demasiado todavía su altiva y provocadora y ególatra figura pública, lo que, paradójicamente, ya que en principio la desmesura mediática es una forma de publicidad, perjudica a su narrativa, eclipsada por sus excesos.
(Por cierto, es posible que dentro de esta novela de Torrente Ballester haya un retrato un tanto despiadado de Cela)
Al contrario que Cela, Torrente Ballester mostró siempre un perfil mediático bajo y modesto, llegando a justificar en ocasiones la calidad de sus novelas por cuestiones alimenticias. Sin embargo, trabajando prácticamente a la sombra, GTB (así a partir de ahora), logró escribir la que sin duda es la Gran Obra Maestra Narrativa Española de la segunda mitad del siglo XX: La saga/fuga de J.B.
Lo cierto es que GTB, a pesar de sus méritos literarios, se puede considerar un autor irregular, como he dicho, él mismo confesó la utilidad alimentaria de algunos de sus textos, pero es, al mismo tiempo, un escritor versátil, erudito, imaginativo y (contemporicemos) vanguardista.
Yo no soy yo, evidentemente, es tanto la búsqueda de la verdad sobre un autor y su identidad (o sobre las identidades de varios autores) con las vicisitudes de los expertos encargados de desvelar el misterio, como una muestra de fragmentos de novelas posibles que o bien GTB ideó para la ocasión, o bien retazos de narraciones inconclusas.
Así tenemos una historia de escritores de posguerra con ecos de La Colmena y posiblemente precursora de Juegos de la edad tardía (1989) de Luis Landero. Una historia mítico-mágica-realista de las que tanto le gustaban a GTB. Y una especie de obra de teatro onírica. Ninguna de las novelas es desarrollada, existen "fuera" de la novela y de la Autobiografía. ¿Son obras de Preto? y, lo más importante, ¿quién es-fue Uxío Preto? Ese es el enigma que sirve para dar un hilo narrativo a la historia que se desarrolla en Yo no soy yo, evidentemente. También, como era de esperar, es un mcguffin y no lo es.
“De la literatura no hay que hablar, pues fue inventada para eso [para la confesión]”
Eso se dice en las páginas de la novela y como “confesión” debe tomarse toda la narrativa. Si parece un axioma excesivo, al menos debemos adoptarlo para abordar la novela de GTB.
En primer lugar (último) tenemos la Autobiografía póstuma de Uxío Preto, en la que desvela su autoría de tres novelas, Aquilina y la flauta de Pan, La ciudad de los viernes inciertos y La historia que se busca en los espejos, publicadas con los nombres de, respectivamente, Néstor Pereira, Pedro Teotonio Viqueira y Froilán Fiz.
Al mismo tiempo tenemos tres artículos periodísticos que embrollan el asunto en torno a la identidad del esquivo, por desconocido, Preto. Dichos artículos, firmados por Morris, Vázquez y Compton son obra también de Uxío Preto para incrementar el valor de sus descatalogados e inencontrables novelas.
En su Autobiografía (póstuma, recordemos) Preto afirma que sus otros nom-de-plume no son simples seudónimos sino completos desdoblamientos de su yo. Así, tanto Pereira, Viqueira como Fiz existieron realmente. La investigación se topa con personas que conocieron a esas personas, aliases del autor y casi personajes de su mente. No tan solo eso, se encuentran también con una persona que afirma ser el autor de la primera novela de Preto-Pereira-Pereyra.
Evidentemente una gran mentira subyace a todo el entramado de Yo no soy yo, evidentemente. La mentira inherente a toda narrativa.
“Cuando yo le dije que Uxío Preto no ha existido, no insinué que las obras que corren impresas con otros nombres se hayan escrito solas. Hay, efectivamente, alguien detrás; pero, ¿un solo hombre, varios, una sociedad anónima? (…) ¿Y por qué no? (…) Si usted, al estudiarlos en su sintaxis, hubiera mirado más allá de la Gramática, habría descubierto por lo menos, cuatro manos distintas. Hay una quinta dudosa, pero puede dejar de serlo y abrumarle con su evidencia”
Preto confiesa (pues para eso está la literatura) ser otros cuando escribía sus novelas. Radicalmente otro. Preto, Pereira, Viqueira y Fiz son personas (autores) diferentes. Esas son las cuatro manos. La quinta mano, presente en cada momento, nos abruma con su evidencia cuando pensamos en ella, pero es completamente invisible a lo largo del texto. ¿Qué texto? No la Autobiografía, ni las novelas que no conocemos (o sí). El texto es Yo no soy yo, evidentemente, evidentemente. Su autor, GTB. Los textos que Uxío se atribuye pueden remitirnos de forma vaga a Los gozos y las sombras, La Isla de los Jacintos Cortados, La saga/fuga de J. B. y Don Juan (al menos esas son las relaciones que puedo establecer). El título de la novela es en sí mismo elocuente y equívoco.
¿Se lamenta GTB de su invisibilidad como autor? Y es más, cuando el personaje desmesurado que recuerda a Cela se atribuye la autoría de la novela de Pereira, ¿se lamenta GTB de estar (o de intentar estar) eclipsado por el gran farsante de las letras españolas? Evidentemente, él no es él, sino todos los demás y ninguno de ellos. Jamás alcanzaremos las respuestas porque la literatura fue inventada para la confesión y la mentira.
Y para disfrutar con ellas.
3 comentarios:
Great to see you writing about Torrente-Ballester. Are you planning to cover La Saga/Fuga de J. B. in the future? You are quite right when saying that GTB is unjustly forgotten even among Spanish readers. What can be said about readers of other languages then? The sad fact is that being unavailable in English, his magnum opus is practically non-existent for those who can't read Spanish or French. (I don't think it has been translated into any other language).
Estudié en Salamanca y leí mucho a Torrente Ballester, tengo una anécdota al respecto: lo encontré un día en la calle, le pedí un autógrafo... pero no llevaba ningún libro suyo, sí otro, cuya portada y contraportada miró y remiró como diciendo ¿pero tengo que firmar en essto que no sé qué es?...
Estoy de acuerdo contigo, más que olvidado es un autor ninguneado, pero demos tiempo al tiempo...
Gracias y un saludo
La verdad, T.U., es que no me atrevo a escribir sobre La Saga/Fuga... resulta tan inmensa que da miedo enfrentarse a ella. Lamento que su obra no haya sido traducida al inglés (leo por ahí que únicamente Don Juan)Debería remediarse esa afrenta, pero como comento, y Ana coincide conmigo, GTB sigue siendo ninguneado a pesar de sus grandes méritos literarios. En fin, este país es así.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios
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