19/2/12

¡Despidan a esos desgraciados!, de Jack Green

He aquí un arduo trabajo: Comentar un libro en el que se recogen y critican una serie de reseñas negativas que aparecieron sobre Los reconocimientos de William Gaddis, a partir de 1955, año de su publicación, una novela que no he leído. Para aumentar la dificultad resulta que la traducción y el prólogo corren a cargo de dos amigos, Rubén Martín Giráldez y José Luis Amores

El primero de estos inconvenientes se solventará cuando la editorial Sexto Piso publique Los reconocimientos, ya que todos los libros de Gaddis serán publicados por esa editorial.
El segundo es inevitable.

Si lo pienso bien hacer una reseña de un libro contracrítico que ataca y derriba la falta de agudeza crítica de aquellos profesionales que viven de eso, sin haber leído esas reseñas, nada más que los fragmentos que selecciona Green (que, por otra parte, escribió el texto bajo pseudónimo en la revista que autoeditaba-mimeografiaba newspapers) y sin conocer de primera mano la novela de Gaddis y, teniendo en cuenta que Green analiza todos los recursos críticos negativos (sin ir más lejos hace un momento he deslizado uno) que se emplean recurrente, ególatra, paternalista y despiadadamente hacen que ¡Despidan a esos desgraciados! sea, al menos desde mi posición, un libro imposible de reseñar.

Además, estoy acatarrado.

Este es un libro didáctico. Algunos aprenderán la inconsistencia de escribir reseñas negativas sin haber leído un libro. Por mi parte, he sentido vergüenza, leyendo algunos de los errores más frecuentes de la crítica, de algunas cosas que he escrito y que deben estar en las profundidades del blog. En mi descargo diré que no me pagan por hacer esto… pero esto no quita que en muchas ocasiones me deje llevar por los malditos clichés.
Entonces, ¿qué puedo decir de ¡Despidan a esos desgraciados! ? ¿qué me ha enseñado muchas cosas sobre este complejo mundo de la crítica?:

Tomen nota sobre el truco: por una cuarta parte de dólar les ofrezco instrucciones completas sobre cómo ser reseñista. Es fácil vender una reseña después de una sola lectura superficial del libro, un truco sencillo probablemente usado por la mayoría de los reseñistas de Los reconocimientos: leed por encima la novela, sin prestar mayor atención, pero tomando nota de cada punto disperso que se le ocurra a vuestra dispersa mente. Después de “terminar” el libro siempre se puede establecer alguna relación entre las notas (no importa lo incoherentes que sean). Lee de nuevo el blurb, consulta en tu lista numerada de clichés y decide cuál es el más adecuado. Ahora reescríbelo bien en jerga especializada y recuerda: los lectores tampoco han leído aún el libro


¿George Lucas había leído a Jack Green?: “¡Cómo se esconde el odio! La ira se oculta bajo el desprecio, el desprecio bajo la condescendencia y la insinuación (…); la completa indiferencia, que, dedicada a la grandeza, no es distinta del odio

La mitad de los reseñistas no aciertan a disimular del todo su odio hacia Los reconocimientos. La mayoría de sus textos (y la totalidad de los textos del resto de reseñistas) no se arriesgan. Su indiferencia y su torpeza esconden un gran desagrado, no solo por los libros geniales; los críticos están aburridos de su trabajo de pose, no les gusta ningún libro. Los buenos libros son simplemente un poco más exigentes, algo más fatigosos, eso es todo


Perdonad. Estaba leyendo la contratapa para ver que más podía decir sobre el libro de Green.

En fin… Green es un entusiasta de Gaddis. Le llegaron a llamar “el primer fan de Gaddis”. En algunos momentos pienso que sus observaciones son un tanto subjetivas y exageradas, pero hay que contextualizar el texto de Jack Green en su medio (un fanzine) y su época (finales de los 50) y entenderlo como una diatriba premeditadamente excesiva intentando socavar la estrechez de miras de los medios culturales oficiales y la falta de ambiciones de éstos.
Este es un negocio complicado. Leyendo textos como el de Green me doy cuenta que con el blog me he metido en un berenjenal del que es imposible salir impoluto. Lo que hay que evitar a la hora de reseñar son los clichés que enumera Green: el de la extensión, el de “lo ambicioso”, el del autor primerizo, el de la falta de disciplina, el de la erudición, el de la dificultad, el de la compasión y el de lo negativo (no hay trama, no hay desenlace, los personajes no son lo-que-sea, etc)

Pero todo eso no impide que haga frases tan contundentes como esta: "¡Hemingway fue un escritor pésimo!"

Aplausos para Green… aplausos para Steven Moore que preparó la edición original cuya trascripción digital, respetando las peculiaridades ortográficas de Green, puede leerse aquí: Fire the Bastards!

Los textos entrecomillados de la traducción de Rubén Martín Giráldez para Alpha Decay


Y una mejor reseña a cargo de José Luis Amores, quién si no.

8 comentarios:

Opadromo dijo...

En una parte de El Rey Pálido, Wallace (aquí el autor, je)dice que quería ser como Gaddis.

José Luis Amores dijo...

Javier, publicas tu texto y una amiga me envía el enlace a otro que acaban de colgar en The New Yorker (hoy mismo, aunque la fecha diga 20/02): http://www.newyorker.com/online/blogs/books/2012/02/william-gaddis-the-recognitions.html

A ese tipo sí le pagan por reseñar (imagino), pero casi tan sólo cita (después de leer a Green ninguna reseña o crítica podrá ser igual) y menta a Franzen...

Lula dijo...

Miel de naranjo, limón y jengibre a discrección.

Y tápate.

Horacio Muñoz Fernández dijo...

Ojalá Sexto Piso se atraviese pronto a publicar Los reconocimientos.

Lansky dijo...

Yo acabo de leer de Gaddis 'Gótico carpintero', editada por la mentada Sexto Piso, y me ha parecido espléndida; para mi vergüenza no conocía a este autor, como tampoco conocía a otro magnífico John Williams (sólo al compositor) y su estpenda 'Stoner'

Anónimo dijo...

Felicidades por la mención que hace Vila Matas hoy en El país. Me ha alegrado tanto como si el blog fuera mío. Y, discúlpame, me ha alegrado aún más que cite el blog de Javier Moreno, que -mejorando lo presente- es mi blog de cabecera. Un saludo a ambos.

Jesús Garrido dijo...

Me alegró el detalle de Vila Matas hacia ti en El País

Anónimo dijo...

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