21/9/10

Perder Teorías, de Enrique Vila-Matas

No se que extraña conexión se produce en mí para que cada vez que leo algo a propósito de El mar de las Sirtes, de Julien Gracq, me pase horas silbando Beyond the sea-La mer.

En la versión de Bobby Darin atravesar el mar es sinónimo de esperanza:

Somewhere beyond the sea
He's watching for me
If I could fly like birds on high
Then straight to his arms I'd go sailing

Sin embargo la versión original de Charles Trenet es más contemplativa. El mar como símbolo de la propia existencia:

La mer qu'on voit danser le long des golfes clairs a des reflets d'argent.
La mer des reflets changeants sous la pluie.

Para que todo esto hubiese sido consistente Trenet tendría que haber tenido alguna relación con Bray o Braye la Fôret. Pero no.
Debemos acostumbrarnos a perder, a perder mejor. Debemos acostumbrarnos a perder, perder países, perder teorías.

Sigo silbando.

El libro de Vila-Matas, Perder teorías, está íntimamente relacionado con los primeros capítulos de Dublinesca. Vila-Matas y Riba, abandonados y encerrados en la misma habitación de hotel en Lyon, desarrollan en ambos textos la misma teoría literaria sobre las características “(irrenunciables, imprescindibles) que debían estar en toda novela futura que quisiera sentirse perteneciente al nuevo siglo. (...):
La “intertextualidad” (escrita así, entrecomillada)
Las conexiones con la alta poesía.
La escritura vista como un reloj que avanza.
La victoria del estilo sobre la trama.
La conciencia de un paisaje moral ruinoso.” (*)


El quinto punto, La conciencia de un paisaje moral ruinoso, me parece fundamental. Es el que da consistencia a El mar de las Sirtes, y a El desierto de los tártaros de Buzatti (dos novelas que guardan cierta relación), la narrativa de Kafka, la imposible esperanza en el ser humano que nos legó Beckett... un paisaje “moral” ruinoso que a menudo se identifica y confunde con un paisaje ruinoso.

Perder teorías es un libro sobre la Espera y también un homenaje a Gracq como precursor de la narrativa del siglo XXI. Ya lo dijo en el artículo escrito tras su muerte:
Porque El mar de las Sirtes no sólo contiene la belleza extrema de cierta modernidad, sino que, además -como el enigmático volcán Tängri, que una madrugada lunar despega del horizonte en el séptimo capítulo-, se proyecta con sombra inquietante en el panorama de las novelas futuras”.
Julien Gracq y la percepción de futuro · Enrique Vila-Matas, Babelia, 05/01/2008

El mar de las Sirtes es una alegoría sobre el ser humano enfrentado a fuerzas que le desbordan, condenado a unas normas irracionales e incomprensibles que forman lo que llamamos sociedad, simbólicamente representada por una eterna guerra entre Orsena y el Farghestan (Aquí se dice muy poco “el Farghestan”; prácticamente nunca. Se dice “allá”). La Otredad y El Otro lado (“allá”) como los modernos motores narrativos. Y el volcán como foco. El Tängri, una presencia imponente a lo largo de toda la novela, pertenece al otro lado y aparece en el fondo de un cuadro que muestra una escena bélica con Piero Aldobrandi en primer termino, o bien es un punto en el mapa, el centro geográfico sobre el que crece el Farghestan. Cuando consiguen ver el Tängri, los protagonistas no pueden alcanzarlo:

Frente a nosotros, semejante al transatlántico iluminado que enarbola verticalmente su popa antes de hundirse, colgaba sobre el mar, a una altura de sueño, un trozo de planeta levantado como una tapa un suburbio vertical, acribillado, escalonado, erizado, con una dispersión y fijeza de estrella, de matorrales encendidos girándulas luminosas.
(...)
El silencio alrededor de aquella aparición que incitaba al grito angustiaba el oído, como sí, de repente, el aire se hubiera hecho opaco a la trasmisión del sonido; y, además, frente a aquella pared constelada, evocaba el final exánime y con náuseas de los malos sueños, en los que se tambalea e mundo y ya no nos llega el grito de una boca incansablemente abierta sobre nosotros.

Las conexiones con la alta poesía. La escritura vista como un reloj que avanza. La victoria del estilo sobre la trama. La conciencia de un paisaje moral ruinoso. Todo eso podemos encontrarlo en El mar de las Sirtes. Por eso soy bastante escéptico en torno a las teorías literarias. No niego la validez de la tesis de Vila-Matas en cuanto a los requisitos de toda novela futura, ni la elegante e ingeniosa forma de planteárosla en su texto Perder teorías.
Pero admito que soy un ignorante en todo lo que se refiere a la teoría literaria. Y la ignorancia genera suspicacia. Y pienso si no será que toda teoría literaria nace después de los textos que abren camino hacia nuevas formas de narración. Es decir que no son los teóricos quienes abren camino, sino los escritores, y que toda teoría, en consecuencia, al nacer después de los textos, queda obsoleta nada más expuesta.
Entonces quizás debamos, por eso, aprender a perder teorías.

Tal vez la verdad, si tenemos la esperanza de que tal cosa exista, It's far beyond a star, it's near beyond the moon.

Los textos pertenecen a la traducción de José Escué de El mar de las Sirtes para Seix Barral.


(*) Creo que no lo he hecho del todo mal. Pero esa es otra historia.

15 comentarios:

Antonio Tello dijo...

Totalmente de acuerdo. Ningún escritor (no escribidor) que se precie escribe a partir de teorías sino impulsado por el deseo de descubrir algo más de la condición humana.
Un abrazo

carlos maiques dijo...

Perder teorías, sí. Qué buen libro el de Gracq.

Belén Gopegui decía en el prólogo a La conquista del aire que "el narrador quiere saber, y por eso escribe". Anne Michaels dijo una vez que escribía para ser mejor persona. Adorno afirmaba que un filósofo era alguien que no podía dejar de hacerse preguntas.

Me parece que gran parte de la suspicacia se debe a la enorme construcción de palabras, maduradas en otro tiempo, que de manera muy convincente no dejan de hablar del fin. Y un escritor, a machetazos,con gestos más sutiles o al hilo del vivir, es un superviviente, no un arqueólogo.

Me ha gustado mucho lo que comentas. Un saludo y hasta otra.

J. S. de Montfort dijo...

Hola Javi,
me llamó la atención que a Enrique se le pasara la mención obvia a Buzatti, así que está muy bien que lo apuntes.
Anotaría yo también "Dangling man" de Below.

Saludos.

J.S. de Montfort

Anónimo dijo...

"Cosas que pensé y no anoté:
Está por escribir todavía un libro que hable de los diferentes autores literarios que trataron el tema general de la espera en relación con el desasosiego y la interrogación metafísica. Gerard de Nerval, André Breton (Nadja), Dino Buzatti, Julien Gracq, Franz Kafka, J.M.Coetzee (Esperando a los bárbaros), Juan Benet (En la penumbra), Beckett (ayudado por Godot) y demás séquito"
(Perder teorías)
Sí que aparece Buzatti. Un abrazo para todos, para Montfort el primero.
Juan Herrera

carlos maiques dijo...

Y Herzog, de Bellow, podría estar también en lo que dices, Juan, de este asunto de "la espera en relación con el desasosiego y la interrogación metafísica. " Otro Herzog, Werner, se desespera de otra forma con su personal Conquista de lo inútil, que supongo pertenece a otras listas. Un saludo y hasta otra.

J. S. de Montfort dijo...

Hola Javi,
escribo por rectificar mi deslice anterior, al respecto de lo mencionado por Juan Herrera.
Cierto que Buzatti aparece en la pág 26 de Perder Teorías. Siento más que mi desliz, mi ímpetu. Prometo remedarlo con un glosario completo de autores citados en el libro.
Nos sigue quedando, de todos modos, Below.

Un abrazo para todos.

J.S. de Montfort

Confundido dijo...

"Y pienso si no será que toda teoría literaria nace después de los textos que abren camino hacia nuevas formas de narración. Es decir que no son los teóricos quienes abren camino, sino los escritores, y que toda teoría, en consecuencia, al nacer después de los textos, queda obsoleta nada más expuesta."
Acertadas a mas no poder esas lineas. Los teoricos adoptan formas arriesgadas solo despues de que alguien ya se ha jugado la cabeza y aun la conserva.
PDT: ademas de perder las teorias, perdamoslo todo.

Portnoy dijo...

Lo difícil es conservar la cabeza después de jugársela. Pero supongo que el riesgo va implícito en el lema de Beckett que recuerda siempre Vila-Matas, "fracasar más, fracasar mejor". Aunque toda cita de V-M hay que tomarla con pinzas. Liz Themerson al parecer sustituye a Vilem Vok y ademas se apropia de los temas literarios que V-M ha atribuido desde hace tiempo a Vonegut.
Perdamos teorías.
Supongo que todos estamos expectantes ante ese glosario prometido, Señor de Monfort.
:-)
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.

J. S. de Montfort dijo...

Hola Javi,
aquí lo prometido:

http://lasoledaddeldeseo.wordpress.com/2010/09/22/los-nombres-incomprensibles/


Un abrazo

J.S. de Montfort

Òscar Roig i Carrera dijo...

¡Magnífico articulo, Portnoy! Me ha interesado mucho... Curiosamente esa canción que cita se cruzo en mi camino últimamente, pero no sabia que Darin la había falseado. En fin, supongo que la teoria literaria es necesaria, pero siempre estará un paso atrás de la práctica y no al revés, estoy muy de acuerdo. Con perdón, pero el próximo que nos quiera decir como ha de escribirse una novela que empiece él mismo y no de mucho el coñazo, el gran y admirado Vila-Matas incluido. Aún no he leido "Perder teorías" pero de hecho creo que el final del libro se aproxima a esa conclusión, no? En cualquier caso Vila- Matas es uno de mis escritores actuales favoritos, que no se me entienda mal. Aprovecho la circunstancia para saludarle sr. Portnoy y felicitarle por su magnifico blog de parte de un seguidor devotamente infiel. Un abrazo.

Anónimo dijo...

En el blog portugués del traductor Fallorca preguntan quién es Montfort.
"¿Quién coño es este tío?", preguntan exactamente.

http://nemsemprealapis.blogspot.com/2010/09/porque-net-fornece-um-novo-dia_23.html

Saludos a todos.

Juan Herrera.

Portnoy dijo...

Bueno, así es como se presenta el Señor de Monfort en su blog.
Lo que no entiendo es la relación entre el texto de la contraportada y J.S.
Iniciemos una teoría conspirativa.

Portnoy dijo...

Ah, perdón, gracias Òscar por el comentario.
Lo de Darin y su adaptación, en fin, son cosas que ocurren. ¿Sabías que Darin es su nombre artístico y lo escogió porque en el restaurante chino Mandarin Duck estaban fundidas las tres primeras letras del letrero?
Un saludo

Òscar Roig i Carrera dijo...

Sí, he visto la película de Spacey.
Un saludo.

Candidatos concejo dijo...

Es que dejarse llevar por esos impulsos es lo que hace que las cosas fluyan, lo que no enseña a corregir, lo que nos permite aprender.