13/10/09

Vineland, de Thomas Pynchon (y II)

Según Deleuze y Guattari un rizoma es un modelo descriptivo en el que la organización de los elementos no sigue líneas de subordinación jerárquica sino que cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro. No soy muy partidario de calificar obras según términos que no acabo de entender o que me parecen innecesarios o discutibles, aún así debo aceptar que la estructura de Vineland se acerca bastante al ideal rizomático.
En ese sentido no se puede hablar de personaje principal en la novela de Pynchon. Toda la narración se organiza en una caótica sucesión de circunstancias hilvanadas sin apenas transiciones en las que, de manera si se quiere un tanto simbólica, sobre todo en su parte final, el autor pretende describir el fin de una era. Tal vez California queda un poco lejos del centro de tensiones internacionales que supuso la Guerra Fría, pero la política interna de EEUU sufre un vuelco importante al quedarse sin enemigos: Comunistas, sindicalistas, hippies…
Pero tampoco trata de eso Vineland, es simplemente el trasfondo.
De hecho Vineland, como toda buena novela, no trata de nada.
Una vez dije que El arco iris de gravedad era, desde el punto de vista de su autor, “pretendidamente joyciana”, pero que desde el punto de vista del lector (de éste lector) era “pretenciosamente joyciana”. También mencioné que Pynchon intentaba mostrar un sistema social anárquico en el que todo funciona por compartimentación pero en el que cada grupo, más o menos organizado actúa como ente independiente. El arco iris de gravedad me pareció una novela pretenciosa y deslavazada. Pero esos mismos principios, compartimentación-autonomía, que siempre me han parecido muy interesantes, funcionan mejor en Vineland, quizás por su menor extensión, quizás porque en Vineland Pynchon no siente (pretende) que está escribiendo una obra maestra. Vineland se acomoda entre dos mamotretos, El arco iris de gravedad y Mason y Dixon, pero me parece que esa contención narrativa de Vineland la hace más atractiva, a pesar de que, por estar entre esas dos novelas, hagan que muchos la consideren una obra menor... me ahorro el chiste.
En fin… volvamos al rizoma.
El rizoma es algo subterráneo, se supone que la construcción de un relato rizomatíco se encargaría de mostrar únicamente, las partes de la raíz visibles desde la superficie (o algo así), en Deleuze y Guattari el rizoma se opone a la estructura arbórea con un tronco del que salen las ramas, un eje central que sustentaría la narración. La estructura de Vineland me parece arbórea pero sin tronco, a no ser que consideremos la época como tal. Más bien parece una especie de laberinto en el que los personajes aparecen y desaparecen cediendo su lugar a otros.
De Zoyd Wheleer surgen Praire, Héctor Zúñiga y Frenesí. De Héctor, el agente de la DEA enloquecido por su adicción televisiva, la sombra omnipresente de Brock Vond, el fascistoide(*) agente del FBI cuya polla (**) es el único recurso narrativo por el que el lector puede entender la fascinación de Frenesí por él. Praire, hija de Frenesí, busca a su madre y en el camino se encontrará con Louise Darryl (LD) Chastian, y la narración se desperdigará, se centrará en ella y su relación con Takeshi Fumimota, la técnica de la Palma Vibrante, la cura de Takeshi y su contrato exento de sexo, renovable año a año. La historia de 24ips muestra a Frenesí y a LD juntas, así como a varios personajes que van apareciendo y desapareciendo, la familia sindicalista y la traición de Frenesí, Vond y Weed y la República Popular del Rock & Roll y Vato y Blood y Zoyd de nuevo y Praire y su abuela y de nuevo Frenesí y Flash y un final redondeado con la aparición del perro desaparecido en el primer capítulo.
Todo es superfluo, pero nada es descartable, en Vineland que funciona como suma enloquecida de historias que se autorelacionan y se fagocitan a sí mismas y que buscan la totalidad, el nombre secreto de Dios, la narración completa, la creación de un planetoide por adición de planetésimos:

“(…) todo se haría con teclas de teclados alfanuméricos que representarían ingrávidas e invisibles cadenas de presencia o ausencia electrónica. Si las pautas de unos y ceros eran “como” pautas de vidas y muertes humanas, si todo lo referente a un individuo podía representarse en expedientes de computadora mediante una larga cadena de unos y ceros, entonces, ¿qué tipo de criatura se representaría mediante una larga cadena de vidas y muertes? Tendría que ser al menos un nivel superior… un ángel, un dios menor, algo salido de un ovni. Se necesitarían ocho vidas y muertes humanas sólo para crear una letra del nombre de ese ser… su expediente completo podría ocupar un espacio considerable de la historia del mundo. Somos dígitos en la computadora de Dios (…) y lo único para que servimos, estar muertos o vivos, es lo único que Él ve. Todo aquello por lo que lloramos, por lo que luchamos, en nuestro mundo de sangre y trabajo, le pasa desapercibido a ese intruso cibernético que llamamos Dios”.

En Vineland se muestra una letra del nombre de ese ser. Seguramente la V.



(*)—Prácticamente lo único que hace soportable a un fascista en su encanto. A los periodistas les fascina.
(**)
Creía que estábamos coqueteando, Brock. Una decepción más con la que supongo tendré que aprender a vivir. — Se sorprendió a sí misma mirándole otra vez la polla y entonces vio que él le sonreía, probablemente convencido de que lo hacía con amor.

Las citas de Vineland de la traducción de Manuel Saenz de Heredia para Tusquets.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, básicamente está relacionado con la ausencia de cualquier centro que pueda considerarse -por esa "virtud"- origen y, en consecuencia, explicación, definitiva y cerrada. No es tampoco un revuelto sin orden ni concierto, es solo que el orden y concierto son algo multidireccional, proposiciones con recorridos arbitrarios, si se ven desde fuera, lógicos, una vez se inicia uno en ellos; en suma, una ramificación que adolece de autor en la que solo queda el texto y el lector, que completará puede que incluso sin pretenderlo ese texto, lo cerrará, pero que al tiempo influirá en él provocando nuevas ramificaciones (en este sentido me recuerda aquello de Heisenberg y la modificación del experimento por la observación, que claro, tambien nos lleva al gato nosferatu de Schrödinger y la solución que daba aquel otro científico a la paradoja, y de cuyo nombre no me acuerdo ahora, diciendo que era el que miraba quien debía tomar la decisión: salvar al gato o matarle -con lo que volvenos a lo del lector que cierra el texto: supongo que por esto la cita de dios, que solo le somos útiles con nuestras vidas y muertes y lo demás le importa tres pepinos). No he leido nunca a Pynchon, pero creo que me voy a animar con este libro del que hablas. Buen blog, me gusta.

Anónimo dijo...

Ahmm, hablaba del rizoma. Aunque ahora que lo pienso, puede que yo tampoco esté muy seguro de lo que significa -estos franceses post-modernos me vuelven loco. En fin, si te sirve de algo hay un libro de Deleuze con el que me topé hace poco: "Francis Bacon, lógica de la sensación", en Arena libros, y que me parece que es puro Deleuze en acción. A veces uno entiende mejor a los filósofos cuando ejercen como tales que cuando se intentan explicar. Si además te gusta Bacon (yo me quedé impactado con su exposición no tan reciente en el Prado), me parece un libro por lo menos interesante.

Ezra dijo...

No creo que sea tan solo la polla de Vond la causa de la fascinación en Frenesí. Como el mismo Vond lo menciona, todos los hippies o los revolucionarios para ser más generales, son personas que nunca han dejado de ser niños, quizá por su incapacidad de adaptarse a la vida adulta con las responsabilidades que implica. Son niños que necesitan al "padre" que les dirá que hacer (lo cual te alivia muchas responsabilidades) y los reprenderá cuando sea necesario. Ese papel lo cumplirá el Estado, o en el caso específico de Frenesí lo cumplirá Vond.
Otra causa (y puede que sea la misma) es que Vond permite a Frenesí hacer lo que quiera mediante el pacto que hacen al convertirse en informante o agente doble, con lo cual ella siente logra ubicarse fuera del tiempo. lo que nos remite otra vez a lo que siente un niño, ella no está obligada a lo que los demás adultos están ni restringida por las leyes de los demás. Pequeños beneficios de ser la amante de un pequeño fiscal federal megalomaniaco.

Mandui Hu'i dijo...

Vineland es el más "desangelizado" de sus novelas...y quizá el más politizado en los términos clásicos. En Pynchon lo eventual es siempre sospechoso...porqué frenesí se llama frenesí, por qué Brock Vond? Y cuando se desencripta esas eventuales trasciende una metanovel que puede ir entre lo satirico y/o irónico.
¿Es accidental que Vineland empiece en 1984? ¿Zoyd Wheeler?, Wilson Smith? Si, empieza la paranoia. Cuando Takeshi llega al aeropuerto de los Angeles, siente una mano sobre el hombro y una voz que le dice: cuidado con la paranoía.Esta es la serpeinte de la ironia que se vuevle asobre si misma.
En cuanto a los rizomas...creo que es un posible elemento hermeneutico..pero todo pynchon es escurridizo, y en plena fuga..si hay algu enhebrante en cada una de sus novelas es el viaje..en el sentido más física del tema..el viaje que involucra al movimiento, el movimiento que involucra al espacio y al tiempo, que en el nuevo paradigma es espacio-tiempo, y ese ente atraviesa a cada uno de sus personajes..Slothrop es una fuga eterna y una busqueda de si misma,. Prairie, LD, Brock vond, Mason, etc. etc..
No creo que Pynchon pretendiera joycearse...al menos en el lento aprendizaje otra aire se respeira... pero para mi..es lo más aprecido al proyexto jopyceano en el corazon de la posmodernidad.
saludos

La frontera entre China y París dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La frontera entre China y París dijo...

A mí me gustaría señalar lo que creo que es un pequeño homenaje que Pynchon le hace a Orwell. El simple hecho de que el presente de la novela sea 1984 es demasiado sencillo y por si sólo se cae. Pero el que en un momento de la narración situado el 6 de abril de 1984 el autor escriba "como si la tele dejara repentinamente de mostrar imágenes y en lugar de ello proclamara: 'A partir de ahora te estoy observando' " , no puede ser una mera casualidad,
saludos

Portnoy dijo...

Muy bueno ese apunte "Frontera".
Y a los demás, perdonadme por no contestar... no sé cómo se me olvidan estas cosas.

Mandui Hu'i dijo...

En verdad que si... un buen punto. Pero no veo contradicciones..Es un punto ademas que acentuá mi idea de un dialogo Vineland-1984... Ahora, en los terminos de qué, no se ¿Parodia u homenaje?..
Para mi es una cosa como dicen los Redonditos de Ricota..El fururo ya llegó, hace tiempo... todo un palo, ya lo vez...
Saludos