10/3/08

No es país para viejos, Joel y Ethan Coen

Settembrini dejó hace unos días un comentario a propósito de No es país para viejos:

"(...) acabo de ver la última película (?) de los Coen, y afirmo que si es una buena película yo soy el obispo de Talavera. Dicho lo cual, probablemente la cubrirán de oscars. Uno de ellos para Bardem. Justo oscar, ciertamente, porque tiene mérito hacer de mueble.
Así las cosas, tendré que darme yo también al cine japonés."

Lo cual tendría que haberme predispuesto contra la película de los Coen. Pero, por esos extraños vericuetos neuronales por los que se nos escapan las cosas, las escenas de la película y el comentario de Sett me llevaron por otros derroteros y pensé que uno de los motivos por los que no le había gustado podría ser que la austera puesta en escena (grandes espacios, planos fijos, ausencia de música...) marcase como referente, además de las ya mencionadas por ahí (¿han dicho Fargo? ¿han dicho Sangre fácil? ¿han dicho Peckinpah?...) al cine japonés.
Western y Chambara siempre han estado hermanados, no es ningún secreto.
Pero no. Los Coen no se atreven con una película japonesa.







En una película japonesa el personaje hubiese atravesado completamente la pantalla (de izquierda a derecha, el sentido de avance "correcto") antes de cambiar de plano. Los Coen apenas dejan que avance la quinta parte de la pantalla. Un aviso de que "podríamos hacerlo", y la constatación de que "no nos atrevemos a hacerlo".
Y a pesar de esa falta de atrevimiento, de la voluntad de acelerar el ritmo, la película es demasiado larga.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Curioso. Hoy fui a ver la película por segunda vez. En lo que más me fijé fue en el asunto de los contraplanos. También, la película se me hizo increíblemente corta.

Que el obispo de Talavera me perdone.

Anónimo dijo...

Los Cohen tienen un universo propio y reconocible. Eso es un punto.
Han hecho películas mejores (Fargo, Sangre Fácil).
A Bardem le tenían que dar el Oscar desde su actuación en la de Schnabel. Su papel en esta de los Cohen no es mejor ni peor que la de cualquier De Niro oscarizado previamente.
A mí la película no me ha dicho nada especialmente relevante, pero no me ha disgustado. Ni se me ha hecho larga ni corta: me ha parecido una película de los Cohen más. Esto es otro punto.

Dentro del panorama gringo, ahí vamos.
Abrazos.

Anónimo dijo...

Pues mi impresion es algo parecida a las expresadas mas arriba. No entiendo cual es la barahunda alrededor de la pelicula, que suele venir de gente que no vio mas nada de los Cohen.
Es una buena peli, bien hecha, pero mas nada. No tiene mayores méritos (aparte de agradar al publico) y es igual de chata que el libro de McCarthy (otro bluff).
Palidece, pero es que no se compara ni remotamente, con la monumental "There will be blood" de Anderson. Eso si es cine serio.

Anónimo dijo...

aunque la película, en términos generales, no me incomodó tanto como a ciertos "enterados" sobre cine, sí coincido plenamente con la crítica al esquemático personaje de Bardem: asesino psicótico = inexpresividad, frialdad, desapego y violencia brutal. Vamos, daba para más, no?

Anónimo dijo...

Es cierto; se hace larga. Esta daba para unos cuarenta minutos. Pero ya todo ese tiempo da para que uno no se crea que hay matones alrededor: hay algo en el tiempo que sigue siendo extraño en coccidente; aún no sabemos cómo hacen los orientales para hacerlo desaparecer.

un saludo,

vendepatrias dijo...

Este debate mola. A ver, de los de arriba, ¿quién se ha leído el libro? Segurito que quien escribe "asesino psicótico = inexpresividad, frialdad, desapego y violencia brutal" no se ha leído el libro, porque así es el asesino de la novela. Por otro lado, un asesino en el acto de asesinar supongo que no debe ser Heidi; no olviden que reparte plomo y no florecillas y amor.

El otro, el que dice que la novelita de McCarthy es un bluf... ¿se la habrá leído? Vale que no es el mejor libro de McCarthy; ahí están "Meridiano de sangre" o "El guardián del vergel", pero "No es país para viejos" contiene la belleza y la poesía quieta de un paisaje desolado, la poesía implacable del cuerpo tendido en el desierto, la brisa que sopla para nadie. Sin duda mucho mejor que "La carretera", su última novela.

De todos modos, dos consideraciones:

1.- no he visto la película.
2.- Mccarthy no es capaz de despegarse de los mitos fundacionales de Estados Unidos, esos son: la Frontera, la Ciudad sobre la Colina, y el Destino Manifiesto.


Saludos.

Portnoy dijo...

¿Qué es eso del Destino Manifiesto, vende? parece interesante... de todas formas, al no haber visto la película no puedes juzgar la interpretación (o no-interpretación) de Bardem. Dejando de lado el reconocimiento internacional y generalizado que supone su elección para interpretar al personaje y el premio recibido, me pareció más comedida e interesante la interpretación de Josh Brolin... será cosa del personaje.
Lo que ocurre, y ahí el sentido del post, es que encuentro que la película de los Coen podría haber sido una mejor película, que no es mala, no lo es, seguro, pero podría haber sido infinitamente mejor o, al menos, mucho mejor.
Será que he perdido el entusiasmo que las películas me generaban hace años... ¿culpa mía, culpa de los realizadores? No sé.
René, Gabriela, Vicente, Víctor, Malvisto, Vende, muchas gracias por vuestros comentarios y vuestras sensaciones en torno a la película.
Saludos

vendepatrias dijo...

Bueno, transcribo del libro "Hollywood, el Pentágono y Washington" de Jean-Michel Valantin, ricentemente publicado por una editorial de Barcelona.

[...] La frontera es un espacio desconocido, hostil, poblado de indígenas potencialmente peligrosos; es el lugar donde la colectividad y el individuo pioneros se ponen a prueba en sus condiciones de vida material y corporal. Pero en la Frontera cada individuo también debe confrontarse interiormente, pues este espacio pone a prueba la reconstrucción de la identidad. El pionero ya no depende de ni está forzado por las normas, las obligaciones y los hábitos conocidos en el principio. Su nueva identidad va tejiéndose en función de una nueva relación con la violencia, medio necesario para sobrevivir y apropiarse del espacio y la naturaleza, pero también apra purificarse y regenerarse. Siguiendo esta evolución, el aprendizaje de esta violencia regeneradora —y por lo tanto 'virtuosa'— requiere también del aprendizaje de una rigurosa autodisciplina que nuna cede, salvo cuando es 'legitimo' ejercerla contra las amenazas que nacen en la Frontera y pueden ser erradicadas mediante el uso de una violencia desbocada y sanguinaria, pero 'justa'."

Supongo que el destino manifiesto, almenos en la novela, viene representado por la figura del sheriff y el prota que se enfrenta al asesino. El destino manifiesto debe significar morir para alcanzar un destino superior... supongo... ahora no encuentro la página donde se profundiza sobre el concepto... Disculpen ustedes.

Y claro, yo no hablaba tanto de la película, como de la obra de mcCarthy. Un ejemplo clarísimo del mito de La casa sobre la Colina sería la novela "El guardián del vergel"... pero ahora estoy improvisando...

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

"vendepatrias": no sé qué fucking tiene que ver el que alguien haya leído o no el libro con una apreciación sobre la performance de un actor. Si el asesino es así en el libro también -lo cual no me parece tan cierto, dicho sea de paso-, pues peor para el cineasta: no recreó, no puso de lo suyo a un aspecto pesado de la obra.

Anónimo dijo...

Hay muchas referencias en la red al "Destino manifiesto". Básicamente, es la "filosofía" en que se basaron los colonos para justificar la expansión territorial hasta el pacífico, y en un sentido más amplio, posteriormente, para justificar la superioridad norteamericana sobre el resto de las naciones. Viene a establecer que el pueblo norteamericano es el nuevo "pueblo elegido". Como Israel, tenía derecho a masacrar a los habitantes de la "tierra prometida" que les estaba reservada por la divinidad.

A pesar de la leyenda negra y de las tropelías de nuestros antepasados, que no puede disculparse, lo cierto es que hubo más de genocidio en la colonización anglosajona que en la política de mestizaje de los españolitos, más dados a la cosa del fornicio que las lecturas bíblicas, a dios gracias.

En cuanto a la peli sigo sosteniendo que es un bodrio. El otro día vi una vez más "Muerte entre las flores" y volví a emocionarme. Eso si es una OBRA MAESTRA total y absoluta, Pumares dixit. Demasiado buena para tener oscars y éxito en taquilla. Ay...