6/11/07

Sesiones Dobles: Ingmar Bergman

¿Soy el único que tiene la sensación que Fresas salvajes (Smultronstället) y El séptimo sello (Det Sjunde inseglet) son la misma película?

Dice Bergman en Imágenes:

"En las últimas escenas de Fresas salvajes hay una fuerte carga nostálgica y un deseo: Sara coge a Isak de la mano y le conduce a un claro en el que entra el sol. El puede ver, al otro lado del acantilado, a sus padres que le saludan con la mano. (...) Yo no calculaba todavía e ignoraba en aquel punto que a través de Fresas salvajes yo hablaba con mis padres: Mirad lo que soy, comprendedme y, si eso es posible, perdonadme".

De hecho la historia de Fresas salvajes funciona así: Lo que uno es en la vida es lo único que importa. El viejo doctor Isak Borg echa su vista atrás el día en que se homenajea su labor social a lo largo de los años. Lo que él es, el espectador lo descubrirá en su viaje.



Fresas salvajes se inicia con una escena onírica en la que, dejando aparte el homenaje a Victor Sjöström, actor y director de Körkarlen (La carreta fantasma)(1921), la muerte deja sentir su inminencia. El tiempo, representado por el reloj sin manecillas, se acaba.
Tiempo es lo que gana el caballero Antoninus Block jugando al ajedrez con la Muerte. Ambos personajes, sintiendo cerca su final inician un viaje para reencontrarse con su familia, Isak con su hijo, Antoninus con su esposa. El viaje y las personas que en él encuentran simbolizan la vida de ambos personajes. La memoria la única forma de subsistir. Se equivoca quien piense que El séptimo sello es una película religiosa: No hay nada más allá de la muerte concluyen Block y Jöns contemplando el martirio en la hoguera.

Jöns -¿Qué es lo que ve?, ¿puedes decírmelo?
Block - Ya no siente ningún dolor
Jöns - No me has contestado. ¿Quién la recibirá en el Más Allá? ¿Los Ángeles, Dios, el Diablo? ¿O simplemente, la nada?... Será la nada.
Block - (con los dientes apretados) La nada no puede ser.
Jöns.- Mira sus ojos. Su pobre cerebro está viendo algo terrible. Se sumerge en el abismo de la nada.
Block - No
Jöns - Me subleva nuestra impotencia, vemos lo que ella ve. Nuestro espanto es igual al suyo. Pobre criatura. No puedo mirarla, no puedo.
Block - (llora)



Isak Borg es consciente de esa nada que aguarda. Sabe que preservar su vida depende de la memoria, del recuerdo que dejará en los demás. Si bien es reconocido socialmente el encuentro con Sara y sus amigos, que prolongan la discusión sobre la existencia de Dios que mantenían Jöns y Block, le sirve para renovar la esperanza de que, al menos durante un tiempo, su recuerdo perdurará. Y esa es la única esperanza de inmortalidad. De la misma manera Block entiende que engañando a la muerte y salvando a Mia y Jof y al hijo de ambos, conseguirá perdurar en la memoria.



La grandeza de Bergman se demuestra en estas dos películas, sus más populares y que le causaron una crisis creativa, al exponer ante el espectador en dos ocasiones consecutivas la misma historia, narrada con una estructura similar (inminencia de la muerte, viaje, aprendizaje (para el espectador) , perdurar a la muerte) de forma que esa similitud no sea apreciada. Siendo la misma película, son diferentes, no radicalmente sino con una fuerza personal que hace de cada una de ellas individualmente obras maestras singulares.
Repetición y excepción.

Participamos en Sesiones Dobles:

Books & Films
El diario de Mr. MacGuffin
Sesión doble
Fabrica de ilusiones
El espejo de los sueños
Arte y literatura
La mujer justa
Ojo de buey
Himnem
Intramuros
Otros clásicos
La linterna mágica
Mitte
El dia del cazador
Marcovelez.net
Corten!!!
Rulemanes para Telémaco
Cinefilo-Compulsivo
Arricom.

9 comentarios:

Ramón Besonías dijo...

A mi juicio el tema esencial de Bergman no es la muerte. Ésta se presenta como personaje principal, pero en realidad es una excusa, o más bien un detonante definitivo, para reactivar la memoria adormecida. Y no se trata de la vieja idea cristiana de reaconciliación o redención, a lo Dickens y su "Cuento de Navidad". No. El ser humano bergmaniano no se arrepiente, contempla su pasado, recapitula, expande su ser, acepta su existencia desde la memoria de su identidad, en aquellos pasajes, situaciones, personas que le marcaron.

Bergman no contempla al ser humano como una culpa a expiar, sino como una ausencia de sí, una insatisfacción perpetua por no poder rellenar toda su biografía. La muerte es un mal indeleble, que agota la posibilidad de seguir viviendo, pero que nos recuerda lo que fuimos y desde esa memoria nos reconcilia con nuestro ser. ¡Que nos quiten lo bailáo!

Por eso Bergman es un autor clásico y distante para el hombre posmoderno. Éste no acaba por ver el aspecto positivo de mirar a la muerte cara a cara. La posmodernidad bascula más bien sobre la ilusión del placer como solución y maquillaje contra el dolor y la muerte. No la acepta, la anestesia, y con ello la niega, no ve su potencial positivo.

Heidegger decía que es desde las experiencias límite donde el ser humano puede decirse que está vivo y disfrutar el desvelamiento de esa verdad. Los que vegetan dando la espalda a los grandes problemas mueren antes de ser heridos por la muerte, se suicidan, no son nada.

Pero este concepto de héroe ya se está perdiendo.

Portnoy dijo...

Ya digo en el texto que la memoria es la única forma de subsistencia. La muerte funciona como un aviso, un detonante para la acción (Block) o la recopilación (Borg)
Creo que el cine escandinavo nos resulta a los mediterráneos tan extraño como el cine japonés. No creo que acabemos de entender la compleja relación con la religión tan distinta a la nuestra. Por eso Bergman nos cuesta cierto esfuerzo y podamos confundir los alegatos a la vida que son estas dos películas con tristes visiones de condenas a muerte.
Me parecen dos películas muy vitales y esperanzadoras.
Gracias por tu comentario.
Un saludo

Natalia Book dijo...

Yo creo que la clave está en el concepto de tiempo. Es algo totalmente subjetivo y muy difícil de definir. Quizás sea esa la principal peocupación ¿Podemos dominar el tiempo? ¿Para qué sirve medir el tiempo?
No se si las películas dan una respuesta a esas preguntas, pero al menos sirven para pensarlo.

En cuanto a Imágenes. Un gran libro. pero creo haber oído que debemos desconfiar de todo narrador en que cuenta sus historias en primera persona.

Saludos

Portnoy dijo...

Ups... me has pillado... cierto, cierto, esos falsos narradores en primera persona.
:-)
Un saludo

alicia dijo...

Me ha gustado mucho tu post, no había pensado en la similitud entre las dos películas, pero tienes razón

El Miope Muñoz dijo...

Yo si creo que la meurte sea el gran tema de Bergman y la mejor aparición de un personaje DE Bergman está en El último gran héroe de John McTiernan. Lo digo completamente en serio.

Hatt dijo...

Pero realmente, a pesar de que sí es cierto que existe un paralelismo entre ambas películas, y a pesar de la danza de la muerte del final del sello (y de la posibilidad de que otros sobrevivan), en el Séptimo Sello hay un poso mucho más sombrío, con esa muerte inexorable. Sin embargo, Fresas Salvajes deja abierta la puerta a la esperanza y a la redención (cristiana o no) del protagonista, con esa Sara que le tiende la mano...

Nos leemos.

jazzman dijo...

Siempre originales tus aportaciones. Muchas gracias y contamos contigo para la siguiente.

Saludos!

Portnoy dijo...

No es cuestión de tener razón, Alicia. Sesiones dobles permite que compartamos nuestras distintas impresiones, no es más que eso. :-)
Alvy ¿te contesto? :-)
Hatt pienso que la misma esperanza en el futuro está presente en las dos películas y ¿curiosamente? representada por la misma actriz.
Gracias a ti, Jazzman, por hacer posible este experimento. es, de verdad, satisfactorio y revelador. Quizás sería preferible hacerlo más interactivo, pero eso quizás exceda los límites del blog y exija otros medios. Por supuesto que me apunto a la siguiente.
Gracias por vuestros comentarios.