10/11/06

Almas muertas, de Nicolai Gógol

La tristeza de las obras inconclusas:

(La primera parte de Almas Muertas se) publicó en 1842. Se dice que la idea de la trama le habría sido sugerida a Gógol por Pushkin. En 1848 Gógol hizo una peregrinación a Jerusalén, impulsado por sus profundas creencias cristianas ortodoxas. Tras volver de Jerusalén, Gógol decidió abandonar la literatura para concentrarse en la religión (...). Entonces, Gógol quemó lo que había escrito de la segunda parte de Almas Muertas, (muriendo diez días después...) en Moscú. Algunos fragmentos de esa segunda parte de Almas Muertas sobrevivieron a la quema y han sido publicados.


De: Gógol en la Wikipedia

De las tres partes que conformarían Almas Muertas sólo se conserva la primera, publicada con anterioridad, y partes de la segunda. Y a pesar de ello se la considera “la primera novela rusa moderna”
La novela se inicia con la llegada del protagonista a la ciudad de N. donde iniciará su misterioso negocio. Descubriremos como espectadores su carácter y su comportamiento debiendo decidir por nuestra cuenta a que clase de personaje nos enfrenta Gógol. Hasta el último capítulo de la primera parte no se decidirá el autor a revelarnos el aspecto más destacable de Almas muertas, su protagonista Pavel Ivanovich Chichikov:

No es muy probable que el héroe que hemos elegido guste a los lectores. A las damas claro está que no, lo podemos asegurar, puesto que las damas exigen que el héroe sea la misma perfección en persona.

(...)

El hombre que hemos tomado como héroe no es un ser virtuoso. Hasta podemos decir por qué razón no hemos querido hacerlo así. Porque comienza ya a ser hora de dejar descansar al hombre virtuoso, porque las palabras “hombre virtuoso”, sin cesar en los labios de todos, nada significan; porque el ser virtuoso ha sido transformado en un caballo en el que no existe escritor que no haya montado, arreándolo con la fusta y con todo cuanto halla a mano; porque se ha hecho sudar al hombre virtuoso hasta tal punto que ya no queda en él ni una pizca de virtud, el cuerpo ha desaparecido y no conserva más que las costillas y el pellejo; porque con toda hipocresía invocan al ser virtuoso; porque al ser virtuoso ya no se le respeta. No, hora es de que también el miserable sea uncido al yugo. Así pues, unciremos al miserable.
De la traducción de Teresa Suero para Ediciones Orbis


Chichikov, el miserable uncido al yugo de la literatura, empleará sus dotes para relacionarse socialmente con la burguesía y su poder de convicción basado en el engaño e impulsado por la codicia con un oscuro propósito: “Comprar” a los terratenientes los campesinos fallecidos cuya muerte aún no ha sido registrada y por quienes sus propietarios todavía deben pagar impuestos a causa de la lentitud burocrática. En ese espacio en el que los que están muertos no lo son oficialmente actúa Chichikov, consiguiendo una larga nómina de “almas muertas”, lo cual le confiere prestigio como propietario de una tierras que no posee.
Acompañando a su protagonista, ni héroe ni villano, Gógol nos mostrará diversos tipos de propietarios y las formas distintas de administrar explotaciones agrarias en la Rusia del XIX, desde las muy rentables hasta las ruinosas, siempre haciendo que su rentabilidad sea consecuencia del carácter de su propietario. Y a pesar de esa diversidad de propiedades y propietarios todas comparten una característica común: La condición del campesinado rozando la esclavitud. El que Chichikov pueda “comprar” “almas muertas” sólo es posible en una sociedad en la que la mano de obra es considerada propiedad; el prestigio de Chichikov crece con la lista de campesinos (muertos) que posee, ya que estos están ligados a la existencia de unas tierras en las que trabajen. Lo curioso es que Gógol emplea esa característica como elemento narrativo pero no arremete de forma crítica contra esa injusticia. Como ocurre con Dickens, Gógol critica el funcionamiento de un sistema social pero sin hacerlo con su organización; asume el status quo pero denuncia la inoperancia burocrática y la corrupción administrativa.
Gógol es hijo de su época. Su obra no incita a la lucha de clases, aunque en cierta forma explica mucho sobre la injusta situación social rusa y sobre los futuros acontecimientos que provocaría. Este conformismo social ayuda a la inconclusión de la obra para que la lectura de Almas muertas sea algo decepcionante. Sobre todo teniendo en cuenta que la primera parte de la obra presagia que de haber continuado con ella hubiese sido una gran obra literaria.
Quedan las preguntas, sobre la novela, sobre las intenciones del autor, sobre Chichikov que siempre ve frustrados sus planes, sobre su destino...

Por favor... ¿en qué sociedad se puede comerciar con personas muertas?... después pasa lo que pasa.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante obra, desde luego. Creo que si Gógol hubiera llegado a terminarla hubiera superado en brillantez a las de Tolstói. Aun con todo, una delicia para leer, por prosa y por mensaje.

Anónimo dijo...

Bah. "El mensaje". Al respecto sugiero leer lo que Nabokov opina en sus "Lecciones de literatura rusa" sobre la necedad de las críticas que buscan "mensajes" en una obra de arte. Y esta frase, tan pretendidamente iluminadora: "Gogol era hijo de su época". Guau. Supongo que lo era en la misma medida en que lo fue cualquier hombre de su generación, así se tratase de un mujik o de un burócrata. ¿Y con eso qué?

Portnoy dijo...

Bueno, Juan, a Nabokov hay que hacerle caso, pero no demasiado... "la necedad de las críticas que buscan mensajes" se limita a aquellas cuyo contenido difiere de la idea que sobre una obra tenía Nabokov.
Por cierto, sí, un mujik, un burócrata son hijos de su época... un burócrata podía perder el tiempo con la literatura, un mujik, a quien , como propiedad, se le negaba cualquier acceso a la educación, no. No hay literatura escrita por mujiks... eso también es un signo de la época.
Gracias por vuestros comentarios.

Sergio B. Landrove dijo...

Yo siempre quise imaginar que a Gogol le iba a salir la vena más fantástica y que ese Chichikov si no era el mismo Diablo, era un enviado suyo...

Creo que lo soñé un día que me quedé dormido leyendo Las almas muertas. Tras leer, hace unos días, La nariz y Los diarios de un loco he pensado ¿y por qué no?

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Por favor... ¿en qué sociedad se puede comerciar con personas muertas?...

En El Salvador, querido Portnoy: existe un nuevo oficio, el de "muertero", gente que se dedica a detectar a los asesinados, descubrir sus nombres, ir corriendo a sus familias para ofrecerles el entierro más barato. Estos "servicios fúnebres" están propagándose velozmente debido a la situación de violencia y tiene detalles absolutamente grotescos. Un extenso reportaje al respecto aquí: http://www.elfaro.net/secciones/Noticias/20061009/noticias2_20061009.asp

Quizás no tiene realmente que ver con Almas Muertas, pero me lo recordó.
Abrazos.

Isabel Barceló Chico dijo...

En la nuestra. Los muertos quizá no son hoy mercancía del mismo tipo que en la época que describe Gogol, pero siguen dando réditos: confesionales, ideológicos, electorales... Y tampoco parece que estemos rebelándonos demasiado contra esa situación. Muy interesante el post. Saludos cordiales.

Portnoy dijo...

Bueno, muy interesantes vuestras aportaciones... pero creo que me equivoqué al hacer la pregunta, porque, tal como nos lo cuenta Gógol, con lo que se comercia verdaderamente es con personas, con seres vivos.
Tal vez no hemos cambiado demasiado... tal vez no nos rebelemos... las consecuencias llegarán, tarde o temprano... la injusticia no se puede mantener demasiado tiempo.
En fin, gracias por vuestros comentarios... gracias por hacer que la realidad se asome por estás ingenuas páginas llenas de ficción.

MARIO MEJIA G dijo...

No cabe de duda que cada quien tiene su criterio sobre la obra, cada persona puede interpretar y darle sentido a la misma. La narrativa es extraordinaria, te traslada a la Rusia de aquellos tiempos, por momentos sientes que estas realemnte ahi en los pasajes que describe con gran habilidad. Hay un detalle que me parece increible, el narrador habla del heroe Chichikov, pero tambien habla del autor de la obra, o sea de Gogol, es decir, Gogol asume que alguien mas cuenta su historia. El mensaje, creo que hay que vivir para hayar el mensaje, por que si lo hay, y el libro lo dice textual; Chichikov despues de perder toda su riqueza, quiere que su hijo cuando crezca no lo considere un perdedor, tanto asi que estaria dispuesto a vender su alma al diablo, pone a trabajar la cabeza y se le ocurre lo de las almas muertas, creo que todos en una situacion de desesperacion podemos llegar a hacer cosas inexplicables por nuestra existencia en la sociedad que nos tocó vivir. A pesar de estar inconclusa la obra, no es nada decepcionante como algunos comentan, es una obra maestra y un deleite leerla.

Dr. Ruben Lombardi dijo...

es ejemplificador para estas epocas la arenga que les hace a los funcionarios corruptos cuando concluye que los va a perdonar, es una de las mejores novelas que lei en mi vida, y lamento tanto que gogol no haya podido concluirla (se dice que en las ultimas paginas ya su letra estaba irreconocible)