29/10/13

Todos los perros son azules, de Rodrigo De Souza Leão

Já fui gordo. Já fui magro.
Já fui ego. Já fui id.
Já fui o que quis e o que não quis.
Já fui muito. Já fui pouco.
Hoje tenho a sensação
que não passei de um louco.
Louco, de Rodrigo De Souza Leão

Voy a usar la palabra “loco” en un sentido general sin querer ser despectivo.

Una cuestión que me tiene intranquilo desde hace una temporada.
Leemos en la solapa de la edición de Sexto Piso de Todos los perros son azules, de Rodrigo De Souza Leão: Nació en Río de Janeiro en 1965, ciudad en la que murió en una clínica psiquiátrica en 2008.
Es curioso que se quiera destacar su inestable condición mental y no, como ocurre en otros casos, su bagaje artístico: Rodrigo De Souza Leão fue periodista, músico, narrador, poeta y pintor. Fundó varias revistas digitales que se pueden seguir en la red y mantenía varios blogs que todavía pueden visitarse. Consultad la wikipedia. 
Para conocer mejor la vida y la obra de Rodrigo De Souza Leão (RSL) el artículo de Ronaldo Bressane, A lucidez póstuma do poeta, es imprescindible.

La “locura” de RSL es destacada para promocionar Todos los perros son azules que, como toda narración, es una ficción, pero en este caso narrada desde la mente de un loco. Es, según pone en la solapa, “una novela autobiográfica”. Sin comentarios.

Propongo una comparación odiosa y sesgada:
David Foster Wallace, depresivo y suicida. Su narrativa es la obra de un genio.
Rodrigo De Souza Leão, esquizofrénico paranoide (según dicen por ahí). Su narrativa es la obra de un loco. 

El narrador de Todos los perros son azules es un loco ingresado en un manicomio.
Entonces, de todos los textos que exploran la locura a través de la narrativa, la novela de RSL tiene una especie de “valor especial” en lo que concierne a la veracidad de lo que se narra.

Y esta es la cuestión que me intranquiliza: ¿Puede ser cierto que en el sentido del valor de la narración que se interna en la mente de un loco la novela de RSL esté por encima del resto?
He estado a punto de caer en la trampa y dejarme llevar por la tendencia generalizada por las reseñas que leo en la red y considerar, a causa de la condición mental del autor (condición que, recordemos, yo, como lector, desconozco si me atengo al texto), la novela de RSL como un documento excepcional sin tener en cuenta su valor literario-narrativo.


¿Qué es la soledad? Es vivir sin obsesiones. Pero en la vida a veces tenemos que elegir entre doblar la punta de un cuchillo con la lengua o dejarse quemar en el fuego.

Todos los perros son azules es un delirio beckettiano. Se podría decir cualquier cosa excepto que se trata de la obra de un “loco”. Es un ejercicio (un tanto breve, excesivamente breve) de poetizar en prosa la vida desquiciada de un enfermo mental a través de una serie de referentes literarios y cinematográficos universales. No es una obra casual, ni un desbarre incontrolado. RSL podría tener problemas psiquiátricos, pero queda claro leyendo esta novela que sabía muy bien lo que estaba haciendo cuando la escribía. Considerarla la novela autobiográfica de un enfermo mental, haciéndonos creer que se trata de una especie de documento testimonial sobre el funcionamiento de la enfermedad en la literatura y sobreponiéndola a otros ejercicios de ficción que intentan explorar la locura, no es justo para RSL.

No debes escribir sobre el manicomio.
No. Todo el mundo tiene un manicomio cerca. O su bolsa es un manicomio. O su casa. O, incluso, la cartera de dinero. Muchas cosas pueden ser un manicomio. No hablo de desorganización, hablo de manicomios de veras.

(Los textos de la traducción de Juan Pablo Villalobos para Sexto Piso)

3 comentarios:

Lula dijo...

Los editores, en las solapas o dónde sea, por cuestiones de márketing, son capaces de cualquier cosa.

Besos

Anónimo dijo...

Jajajaja, muchas cosas pueden decir de nosotros, pero que nos guiamos por el marketing no creo que sea la que más se ajusta a nosotros.

Muy contenta de que te haya gustado el libro de RSL, a mí también me encantó.

Un abrazo,
Raquel (Editorial Sexto Piso)

Portnoy dijo...

No es cuestión de marketing... es la paradoja a la que nos conduce el fijarnos en demasía en hechos personales de los autores antes que en su obra.
¿Es relevante que RSL estuviese loco?, ¿verdaderamente lo estaba? No sé... creo que no. Su texto es de una lucidez delirante y eso es lo que importa.
No argumentaba contra las solapas de Sexto Piso (no en la misma medida que aborrezco las contras de Anagrama donde en ocasiones destripan una novela) :-)
En fin, gracias por vuestros comentarios
Un saludo