5/10/12

El Butano Popular

 

La bombona de butano debe ser una de las pocas cosas que permanecen casi invariables desde mi infancia. Y así nos va. (Sí. Todavía uso bombonas de butano)


   


Lo curioso es que la bombona de butano aúna dos facetas casi opuestas: La que garantiza el calor y el bienestar en el hogar y aquella más siniestra de arma de demolición. Las bombonas pueden explotar.


   

Sirva este preambulo nostálgico para anunciar mi colaboración mensual con El butano popular con una columna que tratará sobre las paranoias conspiratorias y (cómo no) El Plan. Espero que no nos explote en las manos. Para mi es todo un honor compartir espacio con tan ilustres firmas.  

Ahí va la primera entrega: Androide paranoide

2 comentarios:

Lansky dijo...

La bombona de butano, los motocarros, los tranvías, las pinzas de la ropa, las cacerolas de porcelana roja, los porrones y las frascas de vino, los mostradores de estaño, las gallinejas, los columpios y los flotadores de neumáticos, los estanques de patos, los uniformes de las chachas, los gorros cuarteleros, los delantales de los pescaderos, los puestos de castañas, los perros vagabundos...todo eso permanece, vuleve o volverá

Dr. Zito dijo...

Hay un plan. Si señor. El plan renove.