Pensaba que tenía mediada la reseña de la novela de Hemon, pero cuando abro el archivo me encuentro con lo siguiente:
“Tal vez tenía demasiadas expectativas sobre esta novela. Tal vez me ha recordado el viaje de los protagonistas de Todo está iluminado de Safran Foer”.
Eso era todo. Nada más.
Yo creo que, aunque breve, denota dos cosas, la decepción que me ha supuesto la novela (no en sí, sino por las expectativas depositadas) y lo que me cuesta enfrentarme en esas condiciones emocionales a una novela considerada excelente en muchos otros ámbitos.
Porque de hecho El proyecto Lázaro tiene todas las características que harían de ella una novela que a priori debería gustarme: Dos historias separadas en el tiempo que narran hechos aparentemente inconexos pero que vienen a demostrar juntas, a distintos niveles, la tergiversación de la realidad, a nivel institucional y personal, y la relatividad de la historia, en cuanto a quién es quien la difunde.
Y demuestra, además, que ese engendro insustancial que buscan ciertos sectores culturales estadounidenses, La Gran Novela “Americana” (dicen ellos) Post 11-S la escribirá, si no lo es ya El proyecto Lázaro, un no-estadounidense, incluso un no-anglosajón.
La novela me ha gustado, pero no me ha entusiasmado.
Le robo la cita a E. Vila-Matas:
António Lobo Antunes dice que la gente quiere leer un libro para encontrar en él una historia y que él no tiene nada en contra de esto, es más, le gusta leer a Simenon, a García Márquez; le gustan estos autores, pero no le habría gustado escribir sus libros; les admira y respeta, pero no es lo que desea hacer en literatura.
Tarea de tinieblas
Le robo la cita porque no quiero redundar en lo mismo en que, en última instancia, todo remite a lo mismo: todos tenemos historias que contar. En el libro de Hemon tenemos a Olga y tenemos a Rora, cada uno con sus historias de injusticia y prejuicio. Y tenemos a Brik, depositario y mezclador de ambas historias, moralizando sobre el sentido de las historias. Pero falta el autor configurando todas esas historias, dándoles la forma que merecen, más allá de las simples historias y las imágenes que deberían acompañarlas. Falta el deseo del autor de que no sea eso lo que desea hacer.
Historias, siempre historias.
El soporte gráfico que acompaña a la novela puede encontrarse en Lazarus project
Tal vez esa sea la forma completa de la historia, la narración y las imágenes.
6 comentarios:
Hola. Si comparas las ediciones originales, verás que faltan todas las fotos con que se inician los titulares, eso ya da que pensar, y no habría sido tan complicado respetar esa parte, dado que estamos en una era postsebaldiana, pero en fin, allá ellos.
Si todavía no la conoces, puede que te interese el trabajo de Dubravka Ugrešić, de quien está editado por Alfaguara El museo de la rendición incondicional, y otros títulos ya por Anagrama:
Una serie de artículos en The Quarterly Conversation
http://quarterlyconversation.com/citizen-of-literature-dubravka-ugresic
En Anagrama
http://www.anagrama-ed.es/autor/1174
Un saludo y hasta otra.
"El proyecto Lázaro" es una de mis próximas lecturas ("Providence" es otra de ellas). A priori, me parece que esta novela me tiene que gustar, pero veremos; pondré menos expectativas que tú, Portnoy, a ver si así me libro del chasco. No entiendo porqué no se han incluido las fotos en la edición de Duomo.
Lo acabé anoche y me ha gustado mucho. Me ha encantado la forma de mezclar tiempos, historias y personajes, así como el lenguaje y el peculiar sentido del humor del Sr. Hemon. No he necesitado más.
Otro abrazo (pues te acabo de dejar uno en Murakami).
La he terminado. Me ha gustado. Es una buena novela pero, sí, estoy de acuerdo contigo en que no es la gran (novela) que uno puede esperar después de haber leído comentarios de autores como Junot Díaz o Patrick McGrath.
He escrito una especie de reseña en mi blog. Se puede leer (o sólo mirar)aquí: http://lasoledadenagosto.blogspot.com/2010/01/el-proyecto-lazaro.html
llego tarde, para variar, pero llego... aunque para decir que coincido en casi todo... le pregunté a hemon por safran foer y me juró no haberlo leído: será que ucrania y moldavia sólo pueden traducirse en esa fauna de taxistas literarios. aunque he seguido a brik desde el principio, prefiero, pues, la parte de la hermana, narrada con un estilo mucho más jugoso, ése que le vale comparaciones con nabokov (leí el libro en inglés, no sé qué tal será la traducción). respecto a las fotografías, la editora de duomo me dijo que contó con el beneplácito de hemon a la hora de eliminarlas por motivos tanto prácticos como de gusto del lector europeo. no coincido, pero si hemon se mostró de acuerdo... en fin. un saludo.
La verdad es que la novela mejora cuando pienso en ella que después de haberla leído. De todas formas no acaba de ser la gran novela que esperaba, lo que vuelve a demostrar que las expectativas no son buenas. Apunto lo que dice Milo sobre las coincidencias (ese espacio indefinido y literario que parece ser el este de Europa...o el Oeste de Asia) y sobre las (incomprensibles) decisiones editoriales.
En fin, muchas gracias por vuestros comentarios y disculpad que tarde tanto en responder.
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