“Veamos lo que ocurre en Independence Day y en La tormenta perfecta. En la primera, frente a la amenaza de unos extraterrestres que quieren dominar el mundo, norteamericanos, árabes y judíos se unen en una tarea común. Por su parte, la película que protagoniza George Clooney tiene como base la solidaridad entre los integrantes de un grupo de trabajadores manuales, al estilo antiguo, en un pequeño barco pesquero, para hacer frente a una tormenta en alta mar. En ambos casos el mensaje es triste: hoy en día hay que imaginar una catástrofe para que la solidaridad sea posible entre los seres humanos. Recuerdo también una película en la que casi todos mueren en California, pero quedan algunos sobrevivientes para los que la situación se torna paradisíaca: circulan por las calles sin sufrir embotellamientos de tránsito, pueden tomar libremente la mercadería que quieren en cualquier negocio. ¡El film pareciera decir que se necesita una catástrofe para que haya comunismo! Más allá de la ironía, en ambos casos el cine nos dice que se gana una utopía por medio de la catástrofe."
Entrevista a Slavoj Žižek, por Verónica Chiaravalli, LA NACION, Domingo 2 de mayo de 2004.
Extraído de Slavoj Žižek en español
Hay dos escenas similares en Independence Day y Armagedon en las que el presidente de los Estados Unidos dirige una alocución a todo el planeta. La catástrofe aúna, según Žižek es precisa “para que la solidaridad sea posible entre los seres humanos”. Subliminalmente Hollywood (o quien sea) intenta convencernos del liderazgo político mundial de EEUU y establecerlo como el único país capaz de coordinar una intervención planetaria.
De alguna manera el cine refleja nuestra sociedad. O aquellos miedos que intentan inculcar a nuestra sociedad. El maniqueísmo es uno de esos valores que extrañamente parece estar continuamente presente en nuestra cultura (en aquella que intentan inculcarnos, al menos). En la lucha entre el Bien y el Mal (no es extraño que quien realiza la película esté del lado del Bien) se nos muestra al héroe que tenazmente y exponiendo su vida hasta límites insospechados logra vencer a un Mal omnipotente.
El Mal era el comunismo (ese que ahora se reclama a través de la catástrofe) en los años 50, es el terrorismo (que nos quieren vender privado de ideología como en The dark knight)… el Mal es rojo y negro, es anarquía y destrucción sin sentido… chorradas.
El Mal somos nosotros.
Lo que ocurre es que no todo el mundo parece plegarse a esa tendencia de dividir entre Nosotros y Ellos (nosotros y los otros) y opinan que el Mal no debe buscarse lejos, sino que está entre nosotros. Nombres como Tyrrell Corp, Cyberdyne Systems, Omni Consumer Products (OCP), Rekall, Weyland-Yutani Corp., The Dharma Initiative, Multi-National United (MNU), son reconocidos como símbolos de una maldad que sobrepasa a toda ideología más allá de la del beneficio y la ambición. Las Empresas han sustituido a las Doctrinas como elementos perturbadores, como el enemigo en la sombra, el Poder tras el Poder, el verdadero Poder, el verdadero Mal.
Tal vez porque nos hemos dado cuenta de que el Mal no es una banalidad y que siempre triunfa.
District 9 trata sobre una empresa, MNU, empeñada en descubrir como manejar armamento extraterrestre, sobre lo que ocurre cuando el Otro, la amenaza, es un patético reflejo de nuestras debilidades e indefensiones, sobre el racismo y la exclusión y sobre como cambian las cosas según a que lado de la alambrada te encuentres.
Es una película social.
Pero es, básicamente, un entretenimiento.
Serie B, dicen por ahí.
Pero los mejores argumentos por los que destacar Distrito 9 es esa mezcla de denuncia y cine de acción, la mezcla de documental, con lo que implica de “imagen real”, y ficción y, sobre todo, la indeterminación de su argumento, la falta de conclusión, la omisión de toda explicación sobre cómo y por qué y sobre lo que ocurrirá después, sobre intenciones y orígenes. Una película inteligente e inusual.
Entrevista a Slavoj Žižek, por Verónica Chiaravalli, LA NACION, Domingo 2 de mayo de 2004.
Extraído de Slavoj Žižek en español
Hay dos escenas similares en Independence Day y Armagedon en las que el presidente de los Estados Unidos dirige una alocución a todo el planeta. La catástrofe aúna, según Žižek es precisa “para que la solidaridad sea posible entre los seres humanos”. Subliminalmente Hollywood (o quien sea) intenta convencernos del liderazgo político mundial de EEUU y establecerlo como el único país capaz de coordinar una intervención planetaria.
De alguna manera el cine refleja nuestra sociedad. O aquellos miedos que intentan inculcar a nuestra sociedad. El maniqueísmo es uno de esos valores que extrañamente parece estar continuamente presente en nuestra cultura (en aquella que intentan inculcarnos, al menos). En la lucha entre el Bien y el Mal (no es extraño que quien realiza la película esté del lado del Bien) se nos muestra al héroe que tenazmente y exponiendo su vida hasta límites insospechados logra vencer a un Mal omnipotente.
El Mal era el comunismo (ese que ahora se reclama a través de la catástrofe) en los años 50, es el terrorismo (que nos quieren vender privado de ideología como en The dark knight)… el Mal es rojo y negro, es anarquía y destrucción sin sentido… chorradas.
El Mal somos nosotros.
Lo que ocurre es que no todo el mundo parece plegarse a esa tendencia de dividir entre Nosotros y Ellos (nosotros y los otros) y opinan que el Mal no debe buscarse lejos, sino que está entre nosotros. Nombres como Tyrrell Corp, Cyberdyne Systems, Omni Consumer Products (OCP), Rekall, Weyland-Yutani Corp., The Dharma Initiative, Multi-National United (MNU), son reconocidos como símbolos de una maldad que sobrepasa a toda ideología más allá de la del beneficio y la ambición. Las Empresas han sustituido a las Doctrinas como elementos perturbadores, como el enemigo en la sombra, el Poder tras el Poder, el verdadero Poder, el verdadero Mal.
Tal vez porque nos hemos dado cuenta de que el Mal no es una banalidad y que siempre triunfa.
District 9 trata sobre una empresa, MNU, empeñada en descubrir como manejar armamento extraterrestre, sobre lo que ocurre cuando el Otro, la amenaza, es un patético reflejo de nuestras debilidades e indefensiones, sobre el racismo y la exclusión y sobre como cambian las cosas según a que lado de la alambrada te encuentres.
Es una película social.
Pero es, básicamente, un entretenimiento.
Serie B, dicen por ahí.
Pero los mejores argumentos por los que destacar Distrito 9 es esa mezcla de denuncia y cine de acción, la mezcla de documental, con lo que implica de “imagen real”, y ficción y, sobre todo, la indeterminación de su argumento, la falta de conclusión, la omisión de toda explicación sobre cómo y por qué y sobre lo que ocurrirá después, sobre intenciones y orígenes. Una película inteligente e inusual.
7 comentarios:
A mi la pirueta de Blomkamp me parece muy inteligente. Es cierto que podría explicarse como una variación más o menos seria de la grandeur riefenstahliana de Starship Troopers, pero me parece algo mejor: una narrativa que intenta hacernos pensar desde la infección ideológica y su (minimizado) contrapunto.
He acabado de verla hace escasos 20 minutos y me ha gustado.
Hacía tiempo que no veía algo tan fresco y a la vez con tanta intención. Creo que, como mínimo, tiene la ambición de explicar algo y hacer reflexionar al espectador. Eso es muy difícil de encontrar (y muy de agradecer) en películas con los componentes de acción y tan potencialmente taquilleras como District 9.
Muy recomendable, qué buen ojo tiene Peter Jackson.
Sí, bueno, yo diría que al final se trata de una película de acción más con toda una serie de topicazos muy masticados y muy ñoños (el "sálvate tú" es quizás el más patético) utilizando el Apartheid como trasfondo.
Reconozco en cambio que el estilo documental está muy bien introducido. Por lo menos se trata de una película muy ágil.
Coincido con Borja en cuanto a la acumulación de clichés. El estilo documental (yo más bien diría reportaje, pero ese es otro asunto...) parece interesante al principio, pero se difumina sin acabar de aportar nada. Creo que falta profundidad para el tema que se trata, la película se vuelve dispersa, como un barco a la deriva lanzando cañonazos hacia la nada. La intención no es suficiente para hacer una buena película. Y ya que la comparas con The Dark Knight, a pesar de lo que comentas sobre la indefinición del mal con lo que estoy totalmente de acuerdo, creo que Nolan sí consigue un producto tan redondo que a mí mismo me sorprendió.
No estoy de acuerdo con los "topicazos muy masticados y muy ñoños" es difícil ser original hoy en día como para quede un plumazo decir que la película es una serie de tópicos (aunque los haya).
Además me gusta la indefinición del personaje de Wikus van De Merwe que en un par de ocasiones (cuando golpea al alien y más tarde cuando quiere escapar corriendo "robotizado") nos muestra una cara cobarde que en (muchas) otras películas es inimaginable.
Hola, he estado echándole un vistazo a tu blog y me ha gustado bastante así que quería proponerte un intercambio de enlaces. Yo también tengo un blog de cine, llamado Hotel Overlook. Lo puedes ver entrando en mi sitio web. Si te parece bien la propuesta coméntamelo en el blog.
Un saludo.
Me sumo a lo que dice Diego Castañeda, creo que hace rato se viene sobrevalorando ciertas peliculas, esta entre ellas. Y dejas una idea en el aire, y es que District 9 termina cayendo en los mismo tópicos sobre el heroismo de los que hablas. Mira que el prota es el Eichmann del libro de Hanna Arendt, el tipo ejerce una violencia feroz sobre lo etes, pq cumple ciegamente con su trabajo y termina convirtiendose en héroe! Y bueno Nolan desdibuja totalmente las fronteras que definen el heroismo, mas que no ideologizar el terrorismo sobreideologiza el heroismo, es una voltereta compleja pero notable si pensamos las presiones que debe tener alguien que dirige una peli como batman.
saludos
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