21/1/08

Firmin de Sam Savage

En ocasiones me gustaría liberar a un alter-ego despiadado y mordaz que destrozase sin piedad alguna de esas novelas sencillas, incluso mediocres, que nos intentan vender ( y ese es el único objetivo) como algo excepcional e innovador. En realidad no son nada más que simples historias que apelan a cierta sensiblería facilona y que emplean narradores inverosímiles.
Firmin de Sam Savage sería una de esas novelas.
Pero creo que no sería nada meritorio ensañarse. Supongo que este tipo de novelas tiene un público agradecido, y que hay un mercado (amplio, sospecho) para estas narraciones simples planas, aunque eso sí, sin pretensiones. Narrativa de consumo.
Pero igual que considero poco elegante destrozarla, debo reconocer que me maravilla el exceso contrario, el de alabar lo simple elevándolo muy por encima de sus cualidades. Sería algo así como el arte de la contracubierta.

Por eso no dejo de preguntarme que circunstancias contractuales “obligan” a escritores de renombre a firmar semejantes hipérboles, porque me cuesta creer que se dediquen a ellas de buen grado.
Estaría bien que alguno de ellos pasase por aquí y nos lo explicase.

Dejo aquí las notas que aparecen en la contracubierta de Firmin, editada por Seix-Barral.
¿Necesitan Rosa Montero, Eduardo Mendoza, Rodrigo Fresán o Justo Navarro escribir semejantes despropósitos para llegar a fin de mes?:


Firmin ha sido un acontecimiento en mi vida de lectora, uno de esos raros encuentros con un personaje inolvidable. Original, chispeante y profundamente conmovedora, esta aguda fábula sobre la condición humana es un disparo al corazón.
Rosa Montero

Firmin no es un ratoncito humano, sino un ser humano en un cuerpo de rata. Esto lo hace áspero, patético, incómodo, sin la menor concesión al infantilismo y auténticamente poético.
Eduardo Mendoza

Un libro escrito para lectores, es decir, para gente que siente pasión por los libros y para quienes los libros son tan reales como cualquier otra cosa de la vida. Más reales, quizá.
Donna Leon

Uno de esos contados libros que parecen haber caído del cielo para sorprendernos y deslumbrarnos. Sombras de Dostoievski y destellos de Vonnegut. Uno nunca volverá a mirar a una rata de igual modo luego de masticar y tragar esta pequeña gran novela.
Rodrigo Fresán

Una estupenda fábula sobre los poderes transformadores, prodigiosos, de la literatura, y sobre los efectos que produce el haber crecido devorando libros: sensibilidad, poder de observación, sentido del humor, inteligencia y humanidad.
Es excelente.
Justo Navarro

19 comentarios:

Mariana Sonego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mariana Sonego dijo...

No he leído Firmin, por lo cual no puedo emitir una opinión sobre su calidad literaria. Ahora bien, sobre los escritores devenidos críticos literarios, puedo decir que tal vez no estén evaluando "llegar a fin de mes", si no que sus opiniones se basen en objetivos un tanto más ambiciosos.
El comentario de R. Fresán, me recordó sospechosamente a las etiquetas de los vinos. Con perdón de los enólogos.
saludos,

Comunidad Viabinaria dijo...

Tampoco he leído Firmin. Sin embargo se extiende a muchos casos mi experiencia, respecto a los comentarios de contracubierta: cuando me aproximo a un libro a través de ellos me queda un sabor a eslogan publicitario: breve e insustancial, que si no fuera porque el "producto" está a la vista, podría aplicarse fácilmente a cualquier cosa o, en el mejor de los casos, a cualquier otro libro.
Quizás si los escritores reconocidos solo pusieran "buena", las editoriales optimizarían el espacio de la contracubiera, dado que al parecer(!) lo que importa es la cantidad por sobre la calidad.


Saludos
viabinario

Miguel Sanfeliu dijo...

La verdad es que ya no sé qué pensar sobre este libro. Recibe elogios enormes o palos severos. Y ambos extremos se dan en personas cuyo criterio respeto.

Lo que cuentas me recuerda a aquello que ocurrió con aquel librito titulado "¿Quién se ha llevado mi queso?"

Saludos.

Anónimo dijo...

Pues eso mismo de querer liberar un alter-ego despiadado y mordaz me ha ocurrido a mí con la novela La elegancia del erizo de Muriel Barbery.(Ratones, erizos,...)

Portnoy dijo...

Luargentina, el comentario de Fresán fue el que más me dolió. Viabinario, sí, es publicidad, eso es lo que no acabo de entender.
Miguel, más que la del queso me recordó en cierta manera a El curioso incidente del perro a medianoche, por las expectativas que crea y lo decepcionante del resultado. Un placer verte por aquí.
Apuntamos el erizo a la lista de narradores imposibles.
Un saludo y gracias por vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

he leído infinidad de comentarios igual de entusiastas de Rodrigo Fresán sobre infinidad de libros, algunos buenos, otros no tanto. Creo que antes que ser comentarios interesados reflejan más bien a un lector bienintencionado y amante in extremis de la literatura. Algo ingenuo, Fresán, como lector, pero creo que honesto.
Felizmente su literatura está muy por encima de su crítica periodística.

Laura dijo...

Coincido con la crítica del titular del blog, es muy de tercera fila la novelita. Supongo que las críticas van del lado de llegar a fin de mes y de los hilos invisibles de las editoriales, todos nos vendemos en algún momento o morimos de hambre, algunos más que otros. Los prólogos de muchos libros de cheever son de fresán y ahí si coincidimos...:)

Ajenjo dijo...

No leí a Firmin, o sea que no puedo dar una opinión sobre el libro en cuestión. Pero sospecho que los autores que ponen unas lineas en la contracubierta, no lo hacen solo por dinero, si no, por correción politica (o sea, la versión moderna de la misma hipocresía de siempre) para "quedar bien" con X o B o Z, que tal vez algún día, si no lo hacen ya, les editen lo que escriben.

slds
A

Por la tangente dijo...

A mí me sucedió lo mismo. Pensé que sería en la línea de una Soledad demasiado ruidosa y sin embargo es una novela mediocre, con el tono nostalgicón y polvoriento de un cuento de Navidad.Ni me la acabé. Pero no estoy de acuerdo con el Erizo. Le sobra un poco de discurso de estudiante de filosofía, pero tiene momentos geniales. De Fresán no espero ni esperaré nada. Dicen que hay un libro de viajes que mola, pero x mí, que se quede en Rockelux.

Anónimo dijo...

Ahora no sé qué decir: o simplemente deba cerrar la boca. Ir por mí mismo: abrir el libro. De él ha hablado hasta Foguel. Eso sí: a Rosa Montero nunca le creo.

saludos,

Natalia Book dijo...

Yo tampoco he leído a Firmin, pero creo que en el fondo todo es cuestión de publicidad y de dinero. En realidad están haciendo un anuncio, como el del cava por las navidades.
Quizás sea que SÓLO los lectores nos tomamos SIEMPRE literatura en serio.
Saludos

Roberto Echeto dijo...

FIRMIN, AVENTURAS DE UNA ALIMAÑA URBANA

Firmin, aventuras de una alimaña urbana, de Sam Savage, es una extraordinaria novela. Su protagonista, una rata que nació en el sótano de una librería y cuyo nombre le da nombre a la novela, es un personaje triste y encantador que en más de una ocasión logra arrancarnos lágrimas. La soledad en la que vive no es lo único que nos conmueve de este personaje; es también la autoconciencia que adquiere de sí mismo, de su naturaleza, de su lugar en el mundo y hasta de su fealdad, gracias a la lectura. Firmin, queridos lectores, es una rata lectora que literalmente devora libros. No sólo se los come, sino que los lee, lo cual la convierte en un individuo raro para los de su especie y hasta para los de su propia familia. He ahí uno de los detalles que golpea al lector con mayor fuerza: esta novela lleva encriptada una reflexión sobre la lectura, sobre cómo esa actividad nos cambia, nos vuelve exigentes con nosotros mismos y con los demás, y nos ofrece siempre una revisión crítica del mundo en el que vivimos. Esa reflexión solapada se materializa en la medida que avanza el relato. A Firmin no le satisface el hoyo cálido que comparte con su madre y sus hermanos, y se lanza a explorar su mundo. De esa manera pasea por los intersticios que dejan las tuberías en las paredes del edificio viejo donde vive y llega hasta sitios que se convertirán en todo un privilegio para lograr los que más desea: entender cómo es y cómo funciona el universo que lo rodea: el de la librería con sus clientes habituales, su dueño y sus fascinantes libros.

A la par de esas exploraciones realizadas por propia voluntad, Firmin acompaña una que otra vez a su madre y a sus hermanos a deambular por la plaza Scollay, en Boston. A diferencias de los suyos en solitario, aquellos paseos tenían como finalidad que las ratas jóvenes aprendieran los rudimentos para defenderse en la vida: roer un trozo de algo por aquí, lamer un refresco regado por allá, escudriñar basura de aquel lado... Sin embargo, en lugar de prestarle mayor atención a la medra, Firmin observa con fascinación los anuncios de las beldades desnudas, la fachada del cine, el banco en la plaza y todo cuanto la clandestinidad de un momento al aire libre puede ofrecerle a un animal que vive siempre entre las sombras... La rata, envenenada por la lectura, se ha entrenado sin quererlo en el arte de ver belleza en todas partes, tal como le sucede a la persona sensible que somete su espíritu al fuego de las palabras que traen los libros.Lo malo de ver belleza en todo cuanto nos rodea es que muchas veces esa capacidad nos aísla de aquéllos que ven la vida como una sucesión de momentos que deben invertirse en la propia supervivencia, y ese aislamiento puede ser mortal. Firmin es una muestra de ello. Sus congéneres lo ven como un bicho extraño y los humanos, con quienes podría hablar de tú a tú sobre libros, lo ven como lo que es, como una rata. No en vano el dueño de la librería llega a tratar de envenenarlo. Sólo un escritor llamado Jerry Magoon, alguien tan enfermo de sensibilidad como Firmin, alguien tan raro como esa rata que se mueve a lo largo del libro como una rata y no como un ratoncillo humanizado tipo Mickey Mouse o Bernardo y Bianca, llega a asumirlo como mascota y a darle un poco de cariño.

Firmin, aventuras de una alimaña urbana tiene páginas memorables, como aquéllas en las que la rata se escabulle de su madriguera y se introduce al cine a ver películas de vaqueros y musicales fastuosos. Allí no sólo alimenta su cerebro con las fantasmagorías del séptimo arte, sino que rebusca en las alfombras del lugar para conseguir barras de caramelo, trozos de pizza o bocadillos a medio comer. Juan Carlos Chirinos, hombre serio y principal promotor de esta novela entre su grupo de amigos, dice que después de haberla leído, cada vez que va al cine, riega palomitas de maíz y trozos de chocolate en el piso, por si acaso en esa sala madrileña anda Firmin o un émulo de sus pequeñas hazañas.El mundo de Firmin es tan tranquilo como puede ser el mundo de una rata hasta el día en que comienzan los trabajos de demolición de la plaza Scollay, de los edificios que la rodean y del barrio donde se encuentra. Ese proceso en el que van llegando los bulldozers, los tractores, los obreros, las máquinas fumigadoras, los picos y las palas, es el apocalipsis para las alimañas que pueblan los viejos y cariados edificios de ese punto de Boston. Sin embargo, Firmin, en lugar de irse, reafirma que ese sitio que están derrumbando es suyo porque sí, porque allí nació, y no se va; no abandona el espacio donde fue feliz y donde están todos sus recuerdos reales o literarios, no importa su naturaleza porque son suyos y están ligados a un edificio, a una cuadra, a un barrio al que no importa si destruyen o cambian.

Firmin es una gran obra; es triste, desoladora y muy bella a la vez, aunque estemos hablando la historia de una rata solitaria y cabezona.

Sabrá Dios si los autores de Ratatouille leyeron esta bella novela y convirtieron a la rata lectora en chef... Hicieron bien porque cocinar siempre ha tenido más rating que leer.

Anónimo dijo...

Nuestro admirado Vila-Matas también ha sucumbido a esta práctica del elogio desmesurado. Recuerdo la cita suya en la faja de La ofensa, de Menéndez Salmón, novela a mi parecer bastante floja, típica novela montada sobre una idea supuestamente profunda que se va deshinchando progresivamente. la calificaba Enrique de "elegante". "bellísima" y "epopeya glacial".

Luisru dijo...

A mí ni me gusta ni me deja de gustar. Es verdad lo que dices, se lee fácil y no tiene pretensiones, pero tampoco nada excepcional. Lo de Fresán no lo entiendo, no me creo que ésto le haya podido impresionar. El resto, bueh. He oído en boca de algunos halagos similares de esa novela tonta llamada 'Psicólogos, psiquiatras y otrso enfermos', que, por supuesto, ha sido un éxito en las librerías.

Anónimo dijo...

En mi modesta opinión, "Firmin" es un libro maravilloso y profundo, a pesar de su apariencia de libro sencillo. Y tiene una gran calidad literaria.

ImgDos dijo...

Estoy totalmente deacuerdo. Me lo leí en un día y me pareció de lo mejor que he ledio en mi vida. Me parece entretenido y me lo pase como hace mucho tiempo leyéndomelo. Lo recomiendo, y desde luego, no creo que un libro deba tener pretensiones para cumplir su cometido que para mi es, hacer volar la imaginación, aprender y entretener. Para mi cumple las tres cosas y además me parece literatura de la buena, donde el autor utiliza determinados recursos (frases a modo de titulares que resumen el momento, historias dentro de la historia que entrelazan con el tema principal...) de una manera ingeniosa. Para mi un 10.

Anónimo dijo...

Yo también he leído Firmin, y estoy de acuerdo con casi todas las críticas que has citado, aunque quizá sean algo exageradas.

Reconozco que en conjunto la novela no es para tirar cohetes, pero -al menos para mí- tiene momentos buenísimos que no olvidaré.

Yo Un Idiota Con La Cabeza Afeitada dijo...

No comprendo la facilidad que tienen la mayoria para hacer una critica sobre una novela k ni siquiera han leido, es mas creo k el autor del articulo tampoco la leido, se a dedicado a leer las pastas del libro y a xuparla.

Esta misma tarde me pase por la casa del libro ya que no tenia nada para leer,mirando entre los estantes me tope con firmin de casualidad, lei el dorso y me parecio una fabula muy original, lo compre y pa casita.
una vez en casa antes de abrirlo, me dispuse a buscar una critica por internet como siempre hago y asi es como me tope con vosotros...

por supuesto al leeros ala mayoria se me quitaron las ganas de leerlo, pero como dije antes, staba aburrido y ya k staba pues a leer, lo he terminado hace a penas una hora, y la verdad, se me han kitado las ganas asta de postearos.

no se k abreis leido la mayoria, si verdaderamente habeis leido el libro o simplemente una etiqueta de gel de baño, por k yo he leido una fabula cargada de mensaje, una historia conmovedora, un personaje k ala vez resulta patetico y ala vez adorable.

dixo esto no sera mi libro preferido, pero de eso a vuestras criticas va un largo trecho, es mas me da muchisimo coraje k normalmente los k critican tales novelas son los mismos k adoran a novelas tales como (los pilares de la tierra) para mi incomibe. pero clato el mundo es asi.