3/1/05

Sobre el observar del observador de los observados

(...) habría sido un argumento para un comediógrafo si detrás no se ocultara un problema que a él, D., lo venia inquietando hacía tiempo, en su casa de las montanas tenla un telescopio catóptrico, un burdo aparato que, a ratos, dirigía hacia una roca en la que había gente observándolo con prismáticos, y cada vez que quienes lo estaban observando con sus prismáticos comprobaban que él también los observaba con su telescopio catóptrico, se retiraban velozmente, lo cual sólo venia a corroborar la comprobación lógica de que a cada observado le corresponde un observador que, siendo a su vez observado por aquel observado, se convierte el mismo en observado, una trivial interacción lógica que, sin embargo, traspuesta a la realidad, tenia efectos amenazadores, los que lo observaban se sentían sorprendidos cuando él los observaba con su telescopio catóptrico, y ser sorprendido resultaba oprobioso, y el oprobio suele provocar agresividad, muchos de los que se habían retirado volvían cuando él, D., dejaba a un lado su instrumento, y lanzaban piedras contra su casa, en general, lo que ocurría entre quienes lo observaban y él, que observaba a sus observadores, era sintomático de nuestro tiempo, todos se sienten observados por todos y observan a todos, el hombre de hoy es un hombre observado, el Estado lo observa con métodos cada vez mas sofisticados, el hombre intenta sustraerse cada vez más desesperadamente a ese ser-observado, al Estado le resulta cada vez mas sospechoso el hombre, y al hombre el Estado, así también cada Estado observa al otro y se siente observado por todos los otros, y el hombre observa la naturaleza como nunca lo había hecho antes, inventando, para observarla, instrumentos cada vez más ingeniosos, tales como cámaras, telescopios, estereoscopios, radiotelescopios, telescopios Rontgen, microscopios, microscopios electrónicos, sincrotrones, satélites, sondas espaciales, computadoras, a la naturaleza se le arrancan siempre nuevas observaciones, desde los quasares, situados a billones de años luz de distancia, hasta partículas de billonésimas de milímetro o hasta descubrir que los rayos electromagnéticos son masa irradiada, y la masa, radiación electromagnética congelada, jamás había observado el hombre tantas cosas de la naturaleza, que en cierto modo se ha desnudado ante él, despojándose de todo secreto, y es explotada y ve sus recursos escarnecidos, por eso D. tenía a veces la impresión de que la naturaleza, por su parte, observaba al hombre que la observaba y se volvía agresiva, el aire polucionado, el suelo y las aguas subterráneas contaminadas, los bosques moribundos eran una especie de huelga, una negativa consciente a volver inocuas las sustancias nocivas, los nuevos virus, los terremotos, las sequías, inundaciones, huracanes, erupciones volcánicas, etc., eran, en cambio, medidas de protección bien calculadas de la naturaleza observada contra el que la observaba, así como su telescopio catóptrico y las piedras arrojadas contra su casa eran otras tantas medidas contra el ser-observado, algo similar a lo que había ocurrido entre von Lambert y su mujer, para volver a ellos, también en ese caso observar había sido una forma de objetivar y uno había objetivado al otro hasta lo intolerable, él convirtiéndola en un objeto psiquiátrico, y ella convirtiéndolo en un objeto fóbico, hasta que Tina, al darse cuenta repentinamente de que ella, la observadora, era observada por el observado, decidió ponerse el abrigo rojo sobre su traje tejano y abandonar el círculo infernal de observar y ser-observada para dirigirse a la muerte (...)

Friedrich Dürrenmatt; El encargo (Sobre el observar del observador de los observados) Relato en 24 frases.

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