Si uno dobla convenientemente su
ejemplar de Magistral por las páginas 48 y 80 obtendrá un aparente
volumen de la novela Notable American Women de Ben Marcus. Así,
Magistral, la novela de RMG se compone de: un alegato de la novela
Magistral, que quiso llamarse Regüeldo, escrita por la voz narradora
de Magistral de RMG, (voz que no es la de RMG); Notable American
Women, de Ben Marcus, o más bien, la simulación de esa novela;
fragmentos de la traducción de NAW, o Notable North American Women,
de Ben Marcos; y la irrupción de la Boca Norteamericana y su alegato
contra Magistral.
La cuestión es que al doblar el libro
para obtener nuestro ejemplar de NAW de Ben Marcus, libro tomado en
préstamo en la Biblioteca de Sacramento, CA, quedan unas 30 páginas
en el aire, fuera de las cubiertas, como un apéndice fuera del
relato. De esa forma tenemos como fuera de la novela la parte en la
que la voz narradora, que no es la de Giráldez, trata sobre la
traducción y sobre todo sobre la traducción de Marcus.
Rubén Martín Giráldez, recordemos,
es novelista y traductor.
Por partes nos quedaría, por orden de
aparición: Primera parte en la que voz narradora de Magistral,
novela de Rubén Martín Giráldez, habla sobre su anterior novela,
Magistral, y lo que ésta significa en el panorama narrativo español
contemporáneo. El apéndice en el que se desglosan los problemas de
traducción de la novela de Ben Marcus. Y la segunda parte en la que
la Boca Americana, otro narrador, impugna lo dicho por la voz
narradora.
Hagamos constar que los dos últimos
párrafos de la novela ponen en cuestión la personalidad de la voz
narradora de la primera parte y del apéndice entre las falsas tapas.
Si todo lo que acabo de decir no es lo
suficientemente confuso es que no he logrado transmitir el estupor
que provoca la novela de Rubén Martín Giráldez.
Recordemos, también, que me une una
gran amistad con el autor. Ya lo he dicho varias veces.
Consecuentemente el valor de lo que yo pueda decir aquí queda
empañado por nuestra relación personal. Así que hacedme caso o no.
De todas maneras Rubén ya tiene tres novelas... tres opúsculos
enloquecidos que hablan... que aúllan por sí mismos... todo lo que
yo pueda decir está de más. Os puede gustar o no. Lo que es
indudable es que Giráldez no os lo va a poner fácil. No se puede
entrar y salir de Magistral como si nada. No hay una historia que
lleve de una parte a otra, ni un amable narrador que os conduzca a
través de los círculos del infierno de la escritura mientras os
explica las características de cada uno de ellos. NO. En Magistral
hay una voz perturbada dispuesta a trastornar el lenguaje y su uso,
dispuesta a romper cualquier estructura narrativa y dispuesta también
a contradecirse y a enmendarse. Pero la última réplica de la
antivoz narrativa no pretende rehabilitar el orden, la legibilidad y
la cordura, sino que va más allá del caos. Perdón, me dejé
llevar, roza el caos, quiero decir, porque el autor es consciente de
que hay un límite en el que todavía es lícito jugar con el
lenguaje y a pesar de sus tanteos con el caos, callejón sin salida
como ya nos han demostrado otros, impone como condición a su juego
narrativo la inteligibilidad.
Y debe ser inteligible, y no solo un
multijuego de palabras y estructuras, porque lo que se expone en
Magistral (tanto en el Magistral de Giráldez, como en el Magistral
de la voz narradora ensoberbecida de la primera parte de Magistral de
Giráldez) es una feroz crítica a la narrativa contemporánea en
España, a la complacencia de los lectores, al conformismo de los
autores, a la falta de riesgo de los editores. Una crítica que ataca
los cimientos de la Obediencia, denuncia las Grandes Operetas
Amables, la connivencia de los bardólatras y la pasividad del
lector.
Huye, todavía estás a tiempo. Como
dice el autor, deberías estar corriendo en dirección contraria,
alejándote.
Me gustaría seleccionar algún
fragmento, destacar alguna frase, pero cada vez que me decido por una
cita, aparece otra a continuación y luego otra, y otra... es
imposible elegir solo una.
Lo mejor será copiar la novela entera
a continuación:
Que en qué cabeza cabe que tu dueño
fantasee con dejar de hacer uso de la lengua castellana cuando es
dueño tuyo y de la lengua con que te lamentas, te lamentas. ¿No es
un secreto a voces que el castellano ha comenzado por fin a emplearse
sin disimulo como emético en varios países de Europa? Es cierto que
de eso sólo yo tengo la culpa y que no debí andar perdiendo el
tiempo en coplas rectificadas de sal y veneno durante mi juventud,
pero ¿de verdad te preocupa tanto lo que haga ahora con el poco
tiempo que le perdona el cargo a mi vocación? Si de ti dependiese,
me pondrías una jaula en la boca y santas pascuas. ¿No es hora ya
de volver a hablar de corrido? ¿Tengo que seguir echando mano de
este lenguajo? ¿Seré siempre un oyente y nada más? Esto es una
regencia, un oficio, el mayor cargo de responsabilidad que han sabido
inventarse tus súbditos, y no un recreo, me dices. ¿Qué me ha
llevado a traerme hasta aquí, chácharo y soberbio, y sin embargo
paralizado por completo de opinión para abajo?...
1 comentario:
Me estoy leyendo la...lo que sea que es Magistral y me parece tremenda, anonadante y con un lenguaje realmente propio. Remueve,regüelda.Tu critica tampoco tiene desperdicio y es esclarecedora.Gracias a los dos.
Publicar un comentario