29/9/12

Las partículas elementales, de Michel Houellebecq

Como Houellebecq (dicen) copia de la wikipedia, yo también: 

El espín (del inglés spin 'giro, girar') (os ahorro las redundancias de la wikipedia) se refiere a una propiedad física de las partículas subatómicas, por la cual toda partícula elemental tiene un momento angular intrínseco de valor fijo. (…) El espín proporciona una medida del momento angular intrínseco de toda partícula. En contraste con la mecánica clásica, donde el momento angular se asocia a la rotación de un objeto extenso, el espín es un fenómeno exclusivamente cuántico, que no se puede relacionar de forma directa con una rotación en el espacio. La intuición de que el espin corresponde al momento angular debido a la rotación de la partícula en torno a su propio eje sólo debe tenerse como una imagen mental útil 

 Ahora copio a Houellebecq:
"Para el occidental contemporáneo, incluso cuando se encuentran bien, la idea de la muerte constituye una especie de ruido de fondo que invade el cerebro cuando se desdibujan los proyectos y los deseos. Con la edad, la presencia del ruido aumenta; puede compararse a un zumbido sordo, a veces acompañado de un chirrido. En otras épocas el ruido de fondo lo constituía la espera del reino del Señor; hoy lo constituye la espera de la muerte. Así son las cosas" 

Bruno y Michel, hermanastros, abandonados por su madre. Cada uno con su momento angular intrínseco de valor fijo. ¿Es eso? 
El individuo como partícula elemental. El espín como rasgo distintivo. Houellebecq hace mención en el texto a la Desigualdad de Bell y la Paradoja EPR por lo que queda patente que el texto está elaborado a partir de la tesis del entrelazamiento cuántico entre los dos personajes. 
Wiki: “El entrelazamiento cuántico fue en un principio planteada por sus autores (Einstein, Podolsky y Rosen) como un argumento en contra de la mecánica cuántica, en particular con vistas a probar su incompletitud puesto que se puede demostrar que las correlaciones predichas por la mecánica cuántica son inconsistentes con el principio del realismo local que dice que cada partícula debe tener un estado bien definido, sin que sea necesario hacer referencia a otros sistemas distantes” 
Sin embargo los estudios de Michel (el personaje) refutan la paradoja EPR. 
El texto, por su parte, incide en el entrelazamiento cuántico aun a pesar de los dos personajes, rabiosamente independientes y asociales (por uno u otro motivo). Uno de ellos intenta estar al margen, el otro quisiera estar al margen pero necesita satisfacer su pulsión sexual. Los dos se cruzan y entrecruzan a lo largo de la vida. Lejos el uno del otro tiene experiencias similares. 
 Michel: "También suele pasear en bicleta por el campo. Pedalea con todas sus fuerzas, llenándose los pulmones con el sabor de la eternidad. La eternidad de la infancia es breve, pero él no lo sabe todavía” 
Bruno: "Muchos años más tarde, cuando se convirtió en un cuarentón desengañado y amargado, volvía a ver esta imagen: él mismo, a los cuatro años, pedaleando en el triciclo con todas sus fuerzas a lo largo del oscuro pasillo, hasta la luminosa apertura del balcón. Probablemente conoció su mayor felicidad terrenal en ese momento". 
"Bruno y él (Michel) tenían veinte años y ya se sentían viejos. La cosa iba a seguir: se sentirían cada vez más viejos, y se avergonzarían de ello. Su época estaba a punto de lograr una transformación inaudita: ahogar el sentimiento trágico de la muerte en la sensación más general e insulsa del envejecimiento. (…) (Bruno pensaba que) Por inútil que sea a largo plazo, una felación bien hecha era un auténtico placer (…) Michel pensaba que negarlo sería poco razonable". 

Ambos fueron abandonados por su madre común. Los dos son incapaces de establecer relaciones afectivas. Desarraigados y vacíos… todas esas cosas que se suelen decir en las reseñas. 

Desde una perspectiva solipsista hay dos unidades fundamentales, el yo y lo que no es yo (esa ficción). En estas condiciones la independencia de las unidades es imposible y la interrelación es constante. Entrelazamiento. 
Los dos personajes, interrelacionados entre sí, también están entrelazados con el (según la wikipedia) realismo local. Véase Principio de localidad

L'idée qu'il y ait soit déterminisme, soit action à distance, leur était si répugnante qu'ils détournèrent le regard. Eh bien, c'est la tradition, et nous devons apprendre, dans la vie, parfois, à apprendre de nouvelles traditions. Et il se pourrait bien que nous devions apprendre non pas tant à accepter l'action à distance, mais à accepter l'insuffisance de pas-d'action-à-distance” John Bell 

A los dos personajes les repugna la idea de estar relacionados con su realidad local. Pero, además, Michel en la novela sigue los experimentos de Aspect: 
“Solo quedaban dos hipótesis. O bien las propiedades ocultas que determinan la conducta de las partículas no son locales, es decir, que las partículas pueden ejercer una sobre otra una influencia instantánea a una distancia arbitraria, o bien hay que renunciar al concepto de partícula elemental que posee propiedades intrínsecas en ausencia de cualquier observador” 

La observación de la realidad es otro de los aspectos recurrentes de la novela. Michel estudia un campo en el que es fundamental el principio de incertidumbre de Heisenberg. Es imposible determinar con precisión algunos pares de magnitudes físicas. A nivel cuántico, es imposible la observación directa de un fenómeno ya que los métodos de observación alteran las condiciones. Bruno, consumidor compulsivo de pornografía, observador sexual, sin embargo se siente frustrado sexualmente. Entrar en el juego no es lo mismo que contemplarlo desde fuera. Y narrar altera la realidad. 

…creo que me estoy liando. 
Al igual que en la física cuántica, en narrativa es imposible la descripción verídica de unos hechos. Todo deviene ficción y la presencia-injerencia del autor (y la sombra de Houellebecq es imponente) desvirtúa la “realidad”. En ese sentido Bruno y Michel son dos estados cuánticos. Dos descripciones en términos no de estados, imposibles de determinar, sino de probabilidades de lo que supone para el individuo la vida actual. Y en esa descripción probabilística predomina la persistente y ominosa espera de la muerte. 

 “A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte” 

 Los textos de Las partículas elementales de la traducción de Encarna Castejón, para Anagrama.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Magnífico comentario!

A todo esto: ¿qué te pareció la novela? Obra maestra, ¿no?

Lansky dijo...

Dada la complejidad de la matemática de la física cuántica -la única forma de entender cabalmente esta y al alcance de muy pocos- es obligado el uso de metáforas, como el entrelazamiento para entender una física anti intuitiva que se revela sin embargo ua y otra vez acertada en sus pronósticos y predicciones experimentales. Eso es lo que hace el francés, tomar prestadas de forma superficial esas metáforas, pero no avalan en este caso nada; en ese sentido es como las coincidencias de las novelas de Paul Auter, que sin embargo, se critican mucho más.

Un saludo

Kaplan dijo...

Mi novela favorita de Houellebecq hasta el momento (no he leído El mapa y el territorio aún). El personaje de Michel me recordaba mucho en un determinado aspecto al Meursault de El extranjero.

Anónimo dijo...

No muy buen analisis ya que el libro va mas alla de un estudio cuantico,es un busqueda de la felicidad.Una novela magnifica realmente.Marcelo

Portnoy dijo...

Pues parece que debemos acostumbrarnos a que Houellebecq solo publique obras maestras.
Entiendo Lansky lo que quieres decir, igual que entiendo el comentario anónimo que precede a este. Lo que ocurre es que no hablo tanto de lo que H dice o quiere decir o emplea como metáfora, como de lo que me sugiere la lectura. Esta y todas las entradas de este blog no son más que visiones subjetivas, más o menos acertadas según vuestras opiniones. Siento no ser objetivo, pero no puedo librarme de mí mismo.
Esa indiferencia asqueada de los personajes de H es muy camusiana, Kaplan. Creo que me aprovecharé de tu observación en alguna que otra reseña de las novelas de H (si es que las escribo alguna vez)
Un saludo y gracias por vuestros comentarios

Anónimo dijo...

Magnífico blog y perdón por la redundancia. Saludos.