15/7/09

Manual de Inquisidores, de Antonio Lobo Antunes

Un hombre con una libreta, un bolígrafo y una grabadora entrevista a distintos personajes relacionados con la figura de un ministro despótico (en lo político y en lo familiar) de la dictadura de Salazar en Portugal creando el retrato de una sociedad en transición entre la dictadura y la democracia.

espere, espere, me equivoqué, no era lo que yo quería decir, no escriba eso

Lobo Antunes profundiza en las entrañas del mal (¿lo escribo con mayúsculas? ¿o todo mal que proviene de los humanos es El Mal?) a través de hechos puntuales, de recuerdos, de distintas perspectivas, de varios narradores, mostrando fragmentariamente la vida del ministro. La voz, que aunque pertenece a varios personajes está tamizada por el periodista-narrador-autor, permanece constante a lo largo de la novela al igual que un sentimiento de tristeza y miseria. Es una miseria ligada a la ignorancia, en ocasiones incluso analfabeta, pobre y sin recursos, que no nos es ajena a quienes vivimos circunstancias similares. Nada distinta de la rancia miseria de la posguerra española. Tal vez lo que Manual de inquisidores demuestre es que toda dictadura conlleva la soberbia criminal de los dirigentes y la miseria de quienes la sufren.

alarmado por la censura suspendida, la Guardia Republicana que no hostigaba a los sindicatos, los informantes mudos, la policía política inerte, entretenida en la brisca en vez de justificar su sueldo torturando un poco al personal, incordiándolo por distraerse con unas detenciones, unas noches sin dormir, alguna que otra descarga eléctrica, los periódicos que ponían el grito en el cielo sin pudor alguno, la oposición, convencida de que todo se debía al descaro de Inglaterra y de Suecia, defendía ideas, lanzaba opiniones, subvertía al pueblo, unos obreruchos de mala muerte que distribuían panfletos en los que declaraban que no cobraban su salario y pasaban hambre, por amor de Dios, como si pasar hambre y vivir al buen tuntún en habitaciones alquiladas, en medio de una confusión de hijos y de trastos, sin agua corriente ni ventanas, no fuese en realidad lo que los obreros deseaban


En todo caso lo importante, lo destacable, lo interesante, es el estilo literario de Antunes. Manual dos inquisidores fue escrito en 1996 y la evolución de las obras del escritor portugués desde entonces ha explorado terrenos más abruptos, menos descriptivos, más interiores y psicológicos, así que tal vez no sea arriesgado decir que comparado con sus últimas novelas, Manual es una novela más asequible que éstas.

-Póngame a raya a esa gentuza, señor ministro

En Manual asistimos a la trascripción de hechos concretos, de la forma que éstos afectaron a cada uno de los entrevistados, declaraciones orales que son recogidas por una mano indefinida, una especie de narrador amanuense, un recurso que se puede decir que constituye el estilo de Antonio Lobo Antunes. El amanuense narrador del autor compila, selecciona y da consistencia a una serie de relatos orales, un recurso muy arriesgado (puede acarrear cierta monotonía y repetición de la voz narrativa) y complicado que ha progresado hasta formas muy complejas y que han convertido a Antunes en uno de los escritores más peculiares y elaborados de la actualidad. Y también de los que más exigen al lector.

espere, espere, me equivoqué, no era lo que yo quería decir, no escriba eso

Los textos de Manual de Inquisidores (Random House-Mondadori) en traducción de Mario Merlino

4 comentarios:

Dolphy dijo...

El llamado Mal -con o sin mayúsculas- "atiende" al daño y dolor que los humanos se hacen unos/as a otra/os...; aunque, eufemistas que somos, tendríamos que llamarlo Imbecilidad, Abyección, Crasa Estupidez, o, simplemente, Puñetera Ignorancia...

Isabel dijo...

El uso que Lobo Antunes hace de las palabras me parece tan certero que cala hondo y, a la vez esas metáforas tan sugerentes...

Lo he leído mucho y siempre me descubre algo nuevo.

Gracias por la reseña.

Libros Gratis dijo...

Coincido con el comentario anterior, Lobo Antunes escribe de una forma peculiar que lo hace más atractivo aún!

Saludos y excelente blog!

Heathcliff dijo...

¿qué tendrá Portugal ue genera esta clase de autores?

Esas cosas se las pregunta uno a menudo, y más desde León, donde parece que la Tierra también produce escritores melancólicos.