25/10/06

La estructura según Bolaño

Yo prefiero juzgar una obra por su estructura, por su ritmo, por su valor, por su resistencia a la soledad, que por motivos puramente éticos, entre otras razones porque ya no podemos repetir la paradoja de Dante, que encuentra en el infierno a sus poetas favoritos.

Cada texto, cada argumento exige su forma. Hay argumentos o situaciones que piden una forma traslúcida, clara, limpia sencilla, y otros que sólo pueden ser contenidos en formas y estructuras retorcidas, fragmentarias, similares a la fiebre o al delirio o a la enfermedad.

La estructura jamás es un recurso superfluo. Si la historia que narra es inane o está muerta o es archisabida, una estructura adecuada puede salvarla (aunque no por mucho tiempo, eso también hay que reconocerlo), en tanto que una historia muy buena, si está contenida en una estructura, digamos, periclitada, no la salva ni Dios.

Extraído de entrevistas a Almanacco Letterario (Turín 2003) y El Universal (Caracas, 2002) recopiladas en "Bolaño por sí mismo, entrevistas escogidas", Ediciones Universidad Diego Portales, 2006

6 comentarios:

Javier Moreno dijo...

Hay que hacer una lista de las veces que Bolaño utiliza el verbo "salvar" a la hora de describir el valor de la literatura o su función o su caracter.

¿Será que Bolaño sí se salvó?

El Miope Muñoz dijo...

Espléndido comentario: ya imaginaba la importancia que Bolaño le daba a la estructura.

L dijo...

Gran verdad lo que dice Bolaño...

Anónimo dijo...

De acuerdo: gran verdad.

Pero, en fin: una gran verdad de Pero Grullo.

Es como volver a decir que forma y contenido son indisociables.

No veo por qué esta reflexión de Bolaño hay que destacarla, sinceramente...

Un cordial saludo.

Natalia Book dijo...

Bueno, a lo mejor lo que voy a decir es una tonteria. Pero como Auster hablaba de la necesaria inutilidad del arte, yo voy a practicar el necesario placer de decir cosas inutiles.
Me dio por pensar que la historia de "El Ojo Silva" no es una historia: Son dos. Una la que nos cuenta lo que ocurre en la India. Y la otra,(¿Cómo se llamaba esto en cine? ¿McGuffin?),
la que creo es más importante, es la que nos dice que en Chile gobernaba Salvador Allende, que murió, que desde entoces los chilenos no pueden escapar de la violencia, que en enero de 1974 hubo un golpe de estado y que muchos tuvieron que emigrar a Argentina o a México. Familias enteras, como la del protagonista. Y entonces, con pocas palabras nos cuenta sus reuniones en bares y sus trabajos en periódicos(como el español Juan Rejano quien murió en 1975 en el exilio a causa de otra dictadura). Los luchadores chilenos errantes, condenados a vivir sin patria, en París o en Berlín, pero sin una patria a la que regresar. Y al final el Ojo llora, "por su juventud perdida, por todos los jóvenes que murieron jóvenes, por los que murieron por Salvador Allende y por los que tuvieron miedo de luchar por Salvador Allende". Y también por los niños de la India. Pero eso es otra historia. O no.
Saludos.

Portnoy dijo...

Después de Nocturno de Chile no me parece descabellado el comentario, Natalia... es posible que eso que hemos notado algunos que no acaba de cuajar con el relato tenga que ver con esa especie de exclusión.
Creo que Fuca decía que había que ir de lo particular a lo general, pero Bolaño parece mantenernos en lo particular.
Gracias por vuestros comentarios.