Hablar demasiado de La orgía de Praga es casi una ofensa. Jamás una reseña debe ser más extensa que la obra de la que se ocupa. Por eso poco voy a decir sobre esta divertida e hiriente muestra del talento de Roth. Me limitaré, cómo no, a recomendarla. Y a sugerir que si queréis saber más sobre la postura de Roth y sus relaciones con la Checoslovaquia soviética leáis El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras, sobre todo las conversaciones con Ivan Klíma y Milan Kundera.
Os dejo el fragmento en el que el Kulturminister habla con Zuckerman invitándole a abandonar el país:
Yo soy escritor. Un escritor de éxito. Nadie se pone paranoico conmigo. Checoslovaquia es el país más literario de Europa. Nuestro pueblo ama los libros. Tengo en el Sindicato de Escritores decenas de poetas, novelistas, dramaturgos, y nadie se vuelve paranoico con ellos. No, no es de los escritores de quienes sospechamos aquí. En este pequeño país los escritores han de llevar una pesada carga: no sólo tienen que hacer la literatura del país, sino también convertirse en piedra angular de la honradez y de la conciencia pública. Ocupan una elevada posición en la vida nacional, porque son personas cuya existencia se sitúa por encima de todo reproche. Nuestros escritores gozan del cariño de sus lectores. El país tiener puesta en ellos su mirada, en busca de liderazgo moral. No, es a quienes se mantienen aparte de la vida común, es a esos a quienes tememos. Y con toda razón.
(De la traducción de Ramón Buenaventura para Seix Barral)
Y para colmo, Zuckerman, el agente sionista, no hace aquello que todos esperaban del autor de Carnovsky.
La orgía de Praga es un excelente epílogo para la recopilación de Seix Barral de novelas de Philip Roth protagonizadas por Zuckerman.
Esperemos que aparezcan pronto las nuevas traducciones que prepara la editorial: The counterlife; The facts; Deception; Goodbye, Columbus y Portnoy`s complaint
No hay comentarios:
Publicar un comentario