26/3/06

Reflexión

(Falta el principio... la separación, la extrañeza de los cuerpos agotados multiplicados en el reflejo del espejo, los ojos buscándose en ese espacio que no pertenece a la realidad pero que la multiplica. Entonces:)
No queda apenas nada más que la mirada que los une a través de un vacío que se diluye en la oscuridad. Intentan aferrarse a ese último instante, perpetuándose en la mutua contemplación, pero todo se desmorona en torno a ellos, perdiendo consistencia, desapareciendo como si jamás hubiese estado ahí y sólo la mirada, sólo la mirada... sólo la mirada sustenta una frágil eternidad.
Ya no queda nada, ni la carne ni el recuerdo de la carne. Ni tiempo. Ahora, dice
(y cómo hablar de tiempo si todo, ya ahora, entonces...)
y la voz se ahoga en una viscosa sustancia que lo impregna todo. Un hilo, el recuerdo de un hilo a punto de quebrarse (memoria, filamento), aparece como un sombra, permanece como una sombra, desde el fondo de la conciencia hasta la superficie del espejo, como si en el cristal bruñido persistiera el recuerdo de las miradas
(como rectas en un diagrama del fenómeno de reflexión óptica)
Y en ese vacío atemporal los cuerpos ciegos buscan desesperados la salida.
(o el reencuentro en la carne, la inamovible fijación terrenal)
Hay un túnel, un fondo recubierto de sedimentos húmedos, una caída y un ascenso imposible, el resto de un cigarrillo, del recuerdo del humo, de la noche en el exterior de la tubería, el sonido de las voces bajo el agua.
Pero eso es otra historia.
¿Duermes?
Mmmm, no.

1 comentario:

Abol dijo...

Tengo historias muy similares.
"Reflexión" puede ser mi espejo.