1/10/05

El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais

-Hay quienes han visto en el film una influencia no declarada de La invención de Morel, de Bioy Casares.
-Es curioso: esa opinión fue formulada por primera vez por Jacques Rivette, que después hizo Céline et Julie vont en bateau (1974), un film fuertemente influenciado por La invención de Morel. Es cierto que yo la había leído, y también que fui uno de los primeros que habló de ella en Francia, en un artículo para Critique, antes de Marienbad. La conocía, pero la releí después y no vi ninguna relación. Sigo sin verla. Lo que me gustó de la novela era un tipo de comportamiento de los personajes que ya estaba en obras anteriores, y sí es muy curioso que en el momento en que el personaje de la primera historia reaparece por primera vez, Bioy Casares hable de "gente que baila, que pasea y que se baña en la pileta, como veraneantes instalados de hace tiempo en Los Teques o en Marienbad".



No era mi intención hablar de El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais. Pero, sin embargo, tengo en mi cabeza como un mantra obsesivo la voz del protagonista de la película, desgranando en francés todas las líneas de diálogo. Supongo que es precisamente la voz lo que da ritmo a la película de Resnais, sobre la que se podrá hablar mucho y presumir muchas otras, sobre todo por parte de sus autores, convirtiéndola en una leyenda.
El año pasado en Marienbad es una de esas pocas películas en las que encajan perfectamente literatura y arte cinematográfico. A pesar de eso creo que es en Providence donde Resnais consigue conjugar plenamente esas dos disciplinas. ¿Cómo no iba a gustarme Providence si el tema principal es la realidad y la ficción? En fin, eso es otra historia.

El caso es que no hubo Marienbad, no se puede perder al juego Nim, y la relación con La invención de Morel me parece inconsistente.
No voy a aventurar hipótesis, ni interpretaciones. Quisiera quitar la voz de mi cabeza, la maldita entonación monocorde de Robbe-Grillet, dormir y no soñar con esta imagen:



Edito el mensaje e incluyo el comentario de j. ¿Por qué sólo las personas tienen sombra?
y mi respuesta:
Eso es lo que no me deja dormir.

El duro jardín que se visualiza desde la balaustrada tiene distintas iluminaciones tanto por la tarde:


como por la mañana:


Respecto a esta última imagen quería destacar, por aquello que he dicho un poco más arriba sobre La invención de Morel y que seguramente me deberé replantear, lo que la persistente voz dice mientras la vemos:

Recuerda...
los jardines de Frederiksbad.
Estabas sola, apartada...
inclinada sobre una balaustrada de piedra...
sobre la que posabas tus manos,
con los brazos un poco extendidos.
Estabas mirando hacia el paseo.
Yo me acerqué a ti.
Pero me detuve cerca y te miré.
Entonces te volviste hacia mí.
Aunque parecía como si no me vieras.
Yo te miré, y no hiciste nada.
"Pareces tan viva", le dije.
Tú sonreíste.

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