17/3/05

Continuación a Me casé con un comunista

Las tres novelas de Roth que componen su llamado ciclo de “La América perdida”, Pastoral americana, Me casé con un comunista y La mancha humana, tienen una estructura narrativa similar: Partiendo de un presente concreto (después de una reunión de ex alumnos de instituto, o del funeral de Nixon, o del impeachemnet a Clinton) Nathan Zuckerman, el alter ego narrativo de Roth, transcribe conversaciones mantenidas con o sobre personas ya fallecidas, personas que constituirán el núcleo sobre el que se desarrolle la novela. Así Jerry Levov le habla a Zuckerman sobre su hermano, Seymor Levov, “el sueco” en Pastoral americana, Murray Ringold sobre su hermano Ira en Me casé con un comunista, y Coleman Silk sobre sí mismo en La mancha humana.
Todas estas historias nucleares tienen la característica común de estar concluidas, cosa que saben quienes conversan con Zuckerman, pero no el propio narrador, ya que él ha sido eventual partícipe en la historia que le cuentan, de forma que la historia que le cuentan completa, desvirtúa, enriquece o transforma el conocimiento previo que Zuckerman tenía sobre el tema.
Por otra parte está el tema de la memoria. Se lee en Pastoral americana:

... vamos por la vida con la sensación generalizada de que todo el mundo está equivocado excepto nosotros. Y puesto que no sólo olvidamos cosas porque carecen de importancia sino también porque importan demasiado (porque cada uno de nosotros recuerda y olvida siguiendo una pauta cuyas laberínticas vueltas constituyen una señal de identificación no menos distintiva que una huella dactilar), no es de extrañar que los fragmentos de realidad que uno atesora como su biografía puedan parecerle a otro (...) una caprichosa excursión a la mitomanía.

Con esto en las novelas de Roth mencionadas se pueden apreciar tres tiempos narrativos, el tiempo de la conversación, el tiempo de la escritura de Zucherman, el tiempo de la acción principal, bien a ojos de quien lo cuenta, bien a ojos del narrador. Estos tiempos se alternan de manera aleatoria, al menos aparentemente ya que si hay alguna cosa que se puede destacar en Roth es la minuciosa preparación de sus textos, de forma que la visión que tiene el lector del personaje principal y su entorno se presenta de forma fragmentaria, con continuos saltos temporales y con distintos puntos de vista, constituyendo al final una minuciosa construcción global de un personaje y de la época en que vivió.
La clave de está forma de narrar está en un fragmento de Me casé con un comunista. Murria Ringold habla sobre las novelas de Zucherman:

Tenía entendido que la multiplicidad de facetas increíbles de un hombre era el tema principal de tus libros. Tus novelas nos dicen que absolutamente todo es creíble en un hombre.

Quiénes somos, quiénes creemos que somos, quiénes creen los demás que somos. Esos son los temas de las novelas de Roth.
Y la decepción, la decepción amarga y cáustica que provoca una sociedad, la estadounidense, en la que todas las promesas de libertad e igualdad son oropeles ondeando al viento para ocultar la mezquina realidad.
Y el resto del mundo se empeña en seguir ese modelo.

(Los fragmentos de la traducción de Jordi Fibla para Santillana y Alfaguara)

1 comentario:

pino dijo...

Me ha gustado que jode esta novela. Me casé con un comunista La leí, luego de ver esta reseña, y valió mucho la pena.