12/2/05

Recurso relático

Definir, concretar.
Otra vez. La última vez.
Concretar, narrar.
No. No. No. No. No. No. Maldita sea. No.
Narrar, anudar las palabras, hilvanar, resolver.
Maldita sea.
Clic.
Pupilas dilatándose. Los cañones de la barba dispersándose en todas direcciones. Los párpados hinchados. Lágrimas. Saliva. Sudor. Sangre. Todo secándose sobre su rostro.
Clic.
¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con quién estabas? Vamos. Maldito hijo de puta. Habla.
Clic.
Pupilas dilatándose. El silencio es un hilo tendido sobre la mesa que nos separa. El reproche de sus ojos. El obstinado enfermizo mutismo.
Clic.
Todo está dicho ya. Lo sé. Pero quiero que me lo expliques. Quiero oír otra vez la vieja y jodida historia contada mil veces. Aunque sea con palabras gastadas y vulgares. Empieza, coño. Di “Aquella mañana yo...”
Clic.
Pupilas dilatándose. Le miro esperando su respuesta. Le miro mientras enrollo la toalla mojada alrededor de mi puño.
Clic.
Habla cabrón. No tengas miedo de las palabras. Cuenta, explica, narra. Háblame, desgraciado.
Clic.
Pupilas dilatándose. Impertérrito. Distante. Derrotado. Avejentado. Sucio. Mudo.
Clic.
Alzo el puño en la oscuridad y golpeo ciegamente su cara. Habla, cabrón, habla. Y a cada golpe el gemido que no llega. Silencio. Golpe. Silencio. Enciendo la luz.
Clic.
Pupilas dilatándose. Le miro sangrar. Busco en sus ojos una historia, un fracaso. Nada. Golpeo el espejo. Fragmentos de cristal adheridos a la toalla. Me miro, fragmentado, multiplicadamente sangrante. No hablo. Apago la luz.
Clic.
Silencio.
Solo.

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